El joven indocumentado de Malí que se hizo famoso el fin de semana al escalar un edificio para salvar a un niño en París, recibió ayer un permiso de residencia como primera etapa antes de obtener la nacionalidad francesa, según le prometió el presidente galo Emmanuel Macron.
Con 22 años e ilegal en Francia desde septiembre pasado, Mamoudou Gassama, visiblemente emocionado, recibió el permiso de estancia de manos de Pierre-André Durand, prefecto del departamento de Seine Saint-Denis, en la periferia norte de París, así como un contrato de diez meses para realizar un servicio cívico en la Brigada de Bomberos de París que, impresionados por el arrojo y la destreza del joven, le pagarán unos 600 euros al mes (690 dólares) por su trabajo.
Gassama dejó la prefectura de Bobigny, adonde presentó su solicitud de regularización, a bordo de un coche de los bomberos.
“Estaba emocionado, es normal”, dijo el prefecto, que también saludó el gesto del indocumentado, que el lunes fue recibido por Macron.
“¿Cómo puede uno no estar impresionado por lo que hizo?”, se preguntó el prefecto. “Ayudó a alguien en peligro, lo cual no es tan común en nuestra sociedad”.
En un mes, Gassama recibirá también un documento de residencia de diez años para luego ser naturalizado francés, como le propuso Macron, quien lo recibió en el Elíseo luego de que millones de franceses lo consideraran un “héroe”, un “Spiderman sin papeles”, al verlo en un video, que se hizo viral en las redes sociales, trepando cuatro pisos de un edificio en el norte de París para rescatar a un niño que colgaba en el vacío, aferrado a la parte exterior de la baranda de su balcón.
Gassama dijo que hacia las 20 horas locales del sábado iba de camino con su novia a ver la final de la Liga de Campeones, cuando vio al niño a punto de caer en medio de los gritos de la gente. En casi medio minuto trepó por los balcones. Los bomberos habían sido alertados por los transeúntes, pero Gassama llegó antes.
El pequeño de cuatro años había sido dejado solo por su padre en el departamento. El hombre de 37 años y sin antecedentes fue detenido el domingo y puede ser condenado por incumplimiento de sus deberes parentales hasta con dos años de cárcel y 30 mil euros de multa. El fiscal del Estado, François Molins, dijo que el hombre “fue a la tienda a hacer unas compras y luego se detuvo a jugar a Pokémon Go”.
“Está consternado”, dijo Molins, pero en septiembre deberá responder ante la justicia mientras el niño fue llevado a un centro social.
La abuela paterna y la madre del menor agradecieron ayer a Gassama. Ambas viven en la isla francesa de Reunión, en el Índico, pero se dijeron “muy conmovidas”, “es realmente un héroe, no pensó en nada, solo en salvar a mi hijo”, dijo la mamá a la prensa.
RECRUDECE LA POLÉMICA
Pese a la conmoción nacional por el suceso, asociaciones de ayuda a migrantes denunciaron “la hipocresía” y la “recuperación política desvergonzada” del acontecimiento por parte del presidente Macron, que mal esconde, según ellas, “la dureza de su política” migratoria.
Y es que la dimensión política del caso no puede ocultarse: Francia está polarizada en el tema de la inmigración y mientras organizaciones de ayuda acusan al gobierno liberal de mano dura, conservadores y populistas de derecha exigen medidas aún más restrictivas.
El mismo Macron fue muy claro el lunes ante Gassama: “Es una acción excepcional, un acto de heroísmo. Quise que se pudiese tomar una decisión excepcional con usted”, le dijo sin rodeos y subrayó que era una “excepción”, ya que como migrante que no es solicitante de asilo “no debería ser”.
“No podemos darle (documentación) a todos los que vienen de Malí, de Burkina (Faso). Cuando están en peligro se les da asilo, pero no por razones económicas”, añadió. “Pero en lo que le concierne, usted hizo algo excepcional. Aunque no lo haya pensado, es un acto de coraje y de fuerza que merece la admiración de todos”, agregó el mandatario, defensor de la política de fronteras cerradas.
Incluso el vicepresidente del Frente Nacional (extrema derecha), Nicolas Bay, dijo estar de acuerdo con regularizar al joven por su “acto de valentía”. Pero pidió expulsar “al conjunto de los clandestinos” en Francia; una situación que se agudizó en toda Europa desde 2015 con el recrudecimiento de las guerras en Libia y Siria.
El último “héroe” en ser naturalizado por Francia por su coraje fue Lassana Bathily, también de Malí, que solicitaba asilo cuando espontáneamente salvó a varias personas durante la toma de rehenes en un supermercado judío en enero de 2015 en París.
Un tímido Gassama narró a la prensa que dejó Malí —ex colonia francesa y uno de los países más pobres— hace tiempo. A través de Burkina Faso, Níger y Libia, llegó finalmente a Italia en una embarcación vía el Mediterráneo. Su hermano, residente en Francia, dijo que el joven recibió un permiso en Italia para viajar dentro de Europa, pero solo puede permanecer pocos meses en otros países.
“Es la primera vez que gano un trofeo como éste”, dijo ayer Gassama, refiriéndose a un diploma y una medalla que le fue entregada por “acto de coraje y abnegación” que recompensa a “toda persona que, en peligro de su vida, socorre a una o varias personas en peligro de muerte”.
ENDURECE LA POLÍTICA DE ASILO
En octubre de 2017, el presidente Macron anunció una “lucha total contra la inmigración clandestina” y una “refundación completa” de la política de asilo para expulsar con mayor rapidez a los sin papeles que sumarían unos 300 mil según el gobierno, y “muchos más” según las asociaciones que los defienden. En abril, la Cámara baja del Parlamento francés aprobó el proyecto de ley de Macron —que será votado en junio en el Senado—, el cual endurece las normas para pedir asilo, busca reducir los plazos para solicitarlo, duplica el tiempo de detención en 90 días para los inmigrantes ilegales y deja el cruce ilegal de fronteras como un hecho punible con un año de cárcel y multas.
Según la agencia AFP, Francia recibió en 2017 más de 100 mil pedidos de asilo, en su mayoría de Oriente Medio y norte de África, contrario a la tendencia en el resto de Europa que redujo a la mitad las peticiones.
Las migraciones han sido un tema político importante en Francia desde que cientos de miles de personas decidieron establecerse en Europa huyendo de las guerras y la pobreza en Oriente Medio y África.