El presidente francés Emmanuel Macron, que llegó este lunes a Vilna, reafirmó su determinación en trabajar con sus socios europeos para un cambio de régimen en Bielorrusia y anunció que se reunirá el martes con la líder opositora Svetlana Tijanovskaya.
Macron será el primer dirigente occidental de alto rango que se reúna con la opositora bielorrusa, exiliada en Vilna, dirigiéndose a través de ella a "toda la sociedad civil" bielorrusa, dijo. El domingo, en la víspera de su visita de tres días a Lituania y Letonia, Macron pidió la salida del presidente de Bielorrusia, Alexandre Lukashenko, apoyado por Vladimir Putin.
Macron señaló el lunes por la noche, tras una reunión con su homólogo lituano, Gitanas Nauseda, que a petición de Europa, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) iba a intentar una mediación, en acuerdo con Rusia.
"No reconocemos la elección del presidente Lukashenko. Nuestra voluntad como europeos es iniciar esta mediación que permite extraer todas las consecuencias de los resultados de las urnas y una transición pacífica", declaró. "Veré a Svetlana Tijanovskaya como figura destacada" de la sociedad civil, afirmó Macron alabando su "coraje personal".
"La OSCE conducirá esta mediación lo más firmemente posible. Vladimir Putin manifestó su acuerdo y su apoyo a esta iniciativa, tiene que ayudarnos a convencer a Lukashenko en esta dirección", precisó.
Francia, junto con Lituania y Letonia, propusieron además a la UE un plan para proteger las elecciones en Europa de los ciberataques y la desinformación, anunció. Los países occidentales acusan a menudo a Rusia de estar detrás de estas acciones.
Macron reiteró su convicción de un diálogo necesario con Rusia. "No podemos hacer como si Europa fuese una isla, lejos de Rusia", dijo, "por lo que esta vecindad exige un trabajo estratégico para construir una arquitectura de seguridad" que "evita las escaladas", pero que permite igualmente una "lucha contra las ciberacciones y contra la desinformación o la desestabilización".
Los tres países reclaman un mecanismo conjunto de protección de elecciones, una total transparencia sobre la publicidad política y medios de identificación, así como una prohibición más estricta de la financiación de partidos europeos por parte de intereses extranjeros.
El lunes, Svetlana Tijanóvskaya pidió al presidente francés desempeñar el papel de mediador para resolver la crisis política en Bielorrusia.
"Necesitamos desesperadamente una mediación para evitar que se derrame más sangre. El señor Macron podría ser ese mediador, junto con los líderes de otros países. Podría ser capaz de influir en Putin, con quien tiene buenas relaciones", dijo Tijanóvskaya.
Lituania, que junto con otros Estados bálticos lanzó un procedimiento de sanciones contra personalidades bielorrusas, celebró el compromiso adoptado por el presidente francés.
En tanto, Lukashenko, quien fue citado por la agencia oficial Belta, respondió al presidente francés que "al seguir esta lógica, debería haber dimitido hace dos años a causa de [el movimiento social] los chalecos amarillos" en Francia. "Los chalecos amarillos siguen en la calle, pero sorprendentemente Macron sigue en el poder", ironizó.
Minsk "está dispuesto a ser mediador para entregar pacíficamente el poder" a estos grupos, añadió con sarcasmo, y aconsejó a Macron que se "ocupe más bien de los asuntos internos de Francia".
Incluso acusó al presidente francés de concederle demasiada importancia a Tijanóvskaya "porque es mujer". Más allá de la crisis de Bielorrusia, los Estados bálticos también esperan que el presidente francés dé un fuerte apoyo contra las presiones de Vladimir Putin.
Y esto en un momento en que el envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni aumenta aún más las tensiones entre Moscú y Occidente. Emmanuel Macron insistió el lunes que esperaba explicaciones claras de Moscú al respecto.
Antes de viajar a Letonia el martes, Macron se reunirá con las tropas de la OTAN en la región, visitando la base lituana de Rukla, donde están estacionados 300 soldados franceses integrados en un batallón internacional de la OTAN. Una presencia simbólica frente a las fuerzas rusas.
La Alianza Atlántica ha desplegado rotaciones permanentes de tropas en Polonia y Estados bálticos ante la percepción de una política agresiva por parte de Rusia desde la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014.
dmr