Grupos de independentistas catalanes cortaron carreteras y vías de tren en el aniversario del referendo de autodeterminación ilegal celebrado hace un año en esta región española entre fuertes cargas policiales.
Basándose en esa votación, impulsada por el entonces presidente Carles Puigdemont y en la que según su ejecutivo dos millones de personas apostaron por la secesión, el 27 de octubre se proclamó una república que nunca se llegó a aplicar.
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Un año después de ese referendo, que fue posible gracias a la colaboración en la clandestinidad de miles de ciudadanos, los grupos más radicales presionan al nuevo gobierno, liderado por Quim Torra, que ha iniciado un tímido diálogo con Madrid.
"Hoy hace un año que votamos independencia (...) Pasamos a la acción", recordó en Twitter la cuenta de los Comités de Defensa de la República, asociaciones radicales que reclaman la ruptura inmediata con España.
Sus diferentes asociaciones repartidas por toda la región cortaron por sorpresa la línea ferroviaria de alta velocidad entre Barcelona y Francia, distintas autopistas y también algunas calles de la capital catalana.
Las movilizaciones deben continuar a lo largo del día, con una marcha al mediodía de universitarios, que convocaron una huelga para recordar el referéndum, y una manifestación independentista por la tarde en Barcelona que "se haga efectivo el deseo de la mayoría del pueblo de Cataluña".
"Los CDR aprietan y hacen bien en apretar", reaccionó el presidente catalán Quim Torra desde Sant Julià de Ramis, el pequeño pueblo donde hace un año tenía que votar Puigdemont pero se lo impidió la llegada de la policía que cargó contra los electores.
"Tenemos que actuar las próximas semanas con la misma determinación" que el 1 de octubre, insistió, cuando la acción de su gobierno empieza a generar tensión con los independentistas más radicales.
El sábado, la policía regional dependiente de su propio gobierno cargó fuertemente contra una manifestación independentista que intentaba llegar a un acto para homenajear a los agentes enviados hace un año por Madrid para evitar el referéndum.
En proceso de distensión
La votación del año anterior supuso el momento de máxima tensión entre Barcelona y Madrid tras años de auge del independentismo en esta región de 7.5 millones, dividida a partes iguales sobre la secesión.
A pesar de la prohibición explícita de la justicia y el envío de miles de policías por parte del gobierno español, los dirigentes independentistas tiraron adelante esta votación con la colaboración de miles de ciudadanos anónimos.
Con órdenes de incautar el material electoral, los agentes policiales cargaron con mucha contundencia contra las decenas de electores que se concentraban frente a los puntos de votación.
Las imágenes dieron la vuelta al mundo pero, a diferencia de lo que esperaba Puigdemont, no sirvieron para ganar apoyos internacionales y cuando se declaró la independencia semanas después, ningún país la reconoció.
El gobierno español del conservador Mariano Rajoy destituyó al ejecutivo regional y disolvió el Parlamento mientras la justicia imputaba por rebelión a los dirigentes catalanes, que marcharon al extranjero o entraron en prisión, donde todavía hay nueve de ellos a la espera de juicio.
Un año después, la tensión ha decaído especialmente tras la llegada al poder español del socialista Pedro Sánchez, partidario de buscar una salida dialogada a la crisis catalana.
"Este gobierno ha abierto pasillo político, ha abierto una interlocución con las autoridades catalanes y esa interlocución con las autoridades catalanes está dando resultados", dijo la portavoz gubernamental Isabel Celáa.
Las reuniones entre ambos ejecutivos son frecuentes aunque les separa un escollo por ahora insalvable: los independentistas exigen un referéndum de autodeterminación vinculante que Sánchez, con un exiguo apoyo en el Congreso español, no contempla.
Torra combina este acercamiento con un discurso exaltado, llamando constantemente a la movilización ciudadana si bien su gobierno no ha presentado ninguna estrategia para alcanzar la independencia.
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