La crisis del coronavirus amenaza con crear un cuello de botella en el sector primario. La campaña de recogida de hortalizas y de frutas de verano empieza en dos semanas y no hay mano de obra suficiente para cubrirla. La demanda ha crecido, porque al cerrar la hostelería, ha aumentado el consumo doméstico, pero los agricultores alertan de que falta cerca de un 40% del personal necesario para poder hacer la recolecta.
«Estamos muy preocupados, muy asustados, porque podría haber sido un buen año en producción. Esto es un mazazo psicológico para un sector que ya estaba en crisis», explica Vicente López, responsable de fruta de la asociación agraria Coag. Calculan que puede faltar cerca de la mitad de la mano de obra necesaria para recoger el fruto.
A las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia se une el gran problema, que es que la mayor parte de los trabajadores viene de Rumanía, Marruecos, Argelia... «Se hacen contratos en origen porque son labores que no quieren hacer los españoles, y con el cierre de fronteras ya no podemos contar con la mano de obra de fuera que venía a España a hacer estos trabajos», señala López, que recuerda que ya el año pasado, sin pandemia, tuvieron serias dificultades.
El ministro de Agricultura, Luis Planas, reconoció esta semana el impacto del cierre de la fronteras, que dificulta la llegada a España de trabajadores de otros estados de la UE o países terceros para las tareas de recolección de productos que están en plena campaña, o las dificultades en la actividad, logística, venta y comercialización que afronta el sector de la pesca y la acuicultura.
Por ejemplo, desde Coag señalan que en Aragón la recolecta suele generar unos 15.000 empleos en una campaña normal, pero no esperan cubrir ni la mitad. La campaña, para algunas frutas, comienza en 15 días. A diferencia de otros productos agrarios, la recolección de fruta y las hortalizas «no está mecanizada, son labores muy manuales, que requieren de personal», explican en Coag. Las regiones más afectadas en este sentido son Aragón, Extremadura, Cataluña, La Rioja, Murcia y Navarra.
Lo que más peligra es la cereza, pues hay que recolectarla a mano y cuando toca, no se puede esperar una semana más. También están bajo amenaza el resto de frutas de hueso: nectarinas, albaricoques, melocotones... A esto se añade que la recolección se ha adelantado este año porque el mes de febrero fue muy caluroso y la fruta madura antes, por lo que la recolecta también es antes.
En el cereal, por ejemplo, al estar más mecanizado, no habrá este problema, pero «en la fruta se podría arruinar una cosecha en un año que ha sido bueno», dice López.
Fuentes del sector explican que esto podría provocar una escasez de producto, porque habrá menos oferta de la que demanda el mercado, y «podría haber una subida de precios», que, en cualquier caso, «nunca compensará las pérdidas para e sector», explican. «Somos un sector esencial, estratégico, y hay que garantizar que llegue este alimento a las tiendas», señalan desde Coag.
Una de las opciones que se barajan para suplir esta carencia es contratar a gente de otros sectores que sí han tenido que parar y que «podrían incorporarse al sector agrario para suplir esta demanda», señalan desde la asociación.
Es un llamamiento que, de hecho, ya ha hecho Francia, que ha pedido a trabajadores de otros sectores que están ahora parados que se unan. Cifra sus necesidades en 200.000 personas.
Si el perfil que se requiere para otras actividades (el olivar, la poda...) requiere más especialización, en este caso «sí podría suplirse con personal que no está habituado». El parón derivado del coronavirus ha comprometido seriamente sectores como la fresa, los frutos rojos o el cordero (muy ligado a la hostelería).
Desde Agricultura se ha garantizado que no habrá restricciones en el sector agrario, esencial en estos momentos. En este sentido, no debería haber problemas de movilidad para los trabajadores que tengan que desplazarse para estas recolectas.
Claves
Sectores más afectados
• Son las frutas de hueso, que empiezan la campaña de recolección en quince días. Sobre todo preocupa la cereza, pues es un fruto que tiene que ser recogido de forma manual y en su momento justo, no puede esperar.
Mano de obra extranjera
• La mayor parte de los trabajadores que realizan las labores de recolecta proceden de otros países, como Marruecos, Argelia o Rumanía, entre otros. El cierre de fronteras impedirá que estos temporeros puedan venir a trabajar a nuestro país.
Del erte, al campo
• Una de las opciones que se barajan es que trabajadores de otros sectores que han tenido que parar puedan sumarse a la recolecta.