Francia, en su máxima alerta terrorista a cinco años del ataque a Le Bataclan en París

A cinco años del ataque terrorista en el centro de conciertos, así como de otros dos en el Stade de France y Las Terrazas, París está en altera máxima por los ataques terroristas que no cesan en Francia.

En el ataque al centro de entretenimiento Le Bataclan murieron 90 personas. (Archivo)
AFP
París /

Este 13 de noviembre se cumplen cinco años de uno de los peores atentados terroristas impulsados por el yihadismo en la historia de Francia, esto en medio de que el país está nuevamente en su máximo nivel tras la muerte de un profesor por mostrar una caricatura de Mahoma, así como nuevos ataques al semanario satírico Charlie Hebdo y a varias personas en Niza.

El día por la noche varios comandos yihadistas dejaron 130 muertos y 350 heridos en las terrazas de París, en la sala de espectáculos Bataclan y en el exterior del Stade de France, en las afueras de la capital.

Resumen:

¿Qué pasó el 13N de 2015?

Stade de France: Tres atacantes suicidas se hacen estallar por los aires a las puertas del Stade de France, en Saint-Denis, entre las 21:20 y las 21:53 durante un partido de fútbol amistoso entre Francia y Alemania. Un conductor de autobuses portugués de 63 años que vivía desde hacía muchos años en Francia, Manuel Colaco Dias, murió.El presidente François Hollande fue evacuado discretamente del estadio para no provocar una estampida entre los 80 mil aficionados del público. Las entradas y salidas estuvieron cerradas hasta el final del partido.

Las terrazas: Durante este tiempo, un comando de tres hombres que circulaba en un Seat negro por el este de la capital ametralló varias terrazas parisinas, que a esas horas estaban abarrotadas. En media hora murieron 39 personas por tiros de fusiles de asalto. El restaurante Le Petit Cambodge y el bar Le Carillon, cerca del canal Saint-Martin, fueron los primeros blancos. Eran las 21:25. Les siguieron el bar A la Bonne biere, la pizzería Casa Nostra y el bistró La Belle équipe. Uno de los atacantes se hizo estallar en la cafetería Comptoir Voltaire, causando varios heridos.

Le Bataclan: A dos kilómetros, en el Bataclan, el grupo de rock californiano Eagles of Death Metal actuaba ante mil 500 personas. A las 21:40, mientras estaba tocando la canción "Kiss the Devil" un tercer comando irrumpió en la sala de conciertos y comenzó a disparar. La matanza causó 90 muertos. Algunos supervivientes se escondieron o se hicieron pasar por muertos entre los cadáveres, otros lograron escapar.

Poco antes de las 22:00, un comisario de la policía entró en la sala y mató a un atacante, cuyo cinturón explotó. Los otros dos yihadistas, que retenían rehenes en la planta de arriba, murieron por el estallido de sus cinturones explosivos cuando las fuerzas de élite dieron un asalto a las 00:18.

El franco-chileno David Fritz Goeppinger fue uno de los sobrevivientes del ataque terrorista. (AFP)

Un recuerdo postraumático que no se olvida de Le Bataclan

David Fritz Goeppinger vio la muerte de cerca. Pasó tres horas en Le Bataclan junto a una decena de rehenes y dos terroristas cargados de explosivos. Cinco años después, este francochileno relata en un libro su largo proceso de reconstrucción y sus cicatrices indelebles.

Plasmar en papel lo que vivió en la famosa sala de conciertos parisina fue un trabajo doloroso de varios años. "Es como volver a tatuarse sobre un tatuaje, duele", dice este joven de 28 años que lleva grabado en su antebrazo en números romanos la fecha de esa noche fatídica.

Fue su psicóloga, a quien acudió para intentar superar el estrés postraumático, que le ayudó a dar el paso. "Me decía que lo mejor sería escribir para sacar esos recuerdos de mi memoria y ponerlos en una caja", cuenta el joven de cabello negro y largo, con barba candado y mirada vivaz.

Las palabras fluyeron desde el primer día. Era "como una evidencia". Y tuvieron un efecto liberador. "Mientras escribía sudaba, lloraba y a veces incluso gritaba", cuenta Fritz en su libro "Un jour dans notre vie" (Un día en nuestra vida), del grupo editorial Pygmalion, que salió en librerías en Francia el mes pasado.
El título lo tomó prestado de una canción del grupo de rock francés Indochine. "Al escribir me fui dando cuenta de que el 13 de noviembre de 2015 no fue más que 'un día en nuestra vida'. Un día que alteró la existencia de una persona, de una familia, de un grupo de amigos, de una ciudad, de un país", explica este fotógrafo.

Fue uno de sus amigos quien le regaló una entrada para ir a ver a la banda de rock californiana Eagles of Death Metal en Le Bataclan. "No tenía muchas ganas de ir, pero me dejé convencer", recuerda Fritz.

Eagles of Death Metal tocaba esa noche en Le Bataclan cuando sucedió el ataque terrorista. (AFP / Archivo)

La banda tocaba desde hacía tres cuartos de hora frente a una multitud exultante en una sala con capacidad para mil 500 espectadores cuando de repente estalló el horror. "Escuché un sonido seco, metálico, violento". Sus largas sesiones de viedojuegos le ayudaron a reconocer de inmediato el sonido característico del fusil de asalto AK-47.

"Era un horror indescriptible. Como si un huracán hubiera irrumpido en la sala devastando todo a su paso. El olor de la sangre mezclada con la pólvora era absolutamente asqueroso . Se escuchaban llantos, gritos de agonía, gente suplicando", cuenta, intentando exorcizar las imágenes de esa noche que aún lo acechan.

Separado de su grupo de amigos, buscó una salida de emergencia, pero sólo encontró una ventana abierta. En su escape desesperado se trepó y se colgó de ella. "Tenía la idea fija de salvar mi pellejo". Pero los siete metros que lo separaban del suelo frenaron su fuga.

Rápidamente fue tomado como rehén por dos yihadistas. Uno de ellos le apuntó con un arma en el pecho para que volviera a entrar a la sala. "Estaba convencido de que iba a morir", asegura, moviendo nervioso las piernas.

Aunque el recinto abrió sus puertas, el lugar sigue siendo un recordario de los peligros del yihadismo en el mundo. (Archvio)
De repente, uno de ellos le preguntó: "¿Qué piensas de François Hollande?" (el presidente francés de entonces). "No pienso nada, no soy francés, soy chileno", le respondió Fritz, que nació en Pucón, al sur de Chile, pero se crío en Francia.
"Cuando le dije eso, paró de interesarse en mí. ¿Quizás se dijo que yo no era el blanco que buscaban porque era hijo de migrantes? Es una pregunta que me atormentó durante mucho tiempo", dice este chileno que obtuvo la nacionalidad francesa en 2017, más de 20 años después de haber llegado a Francia junto a sus padres huyendo de la pobreza.

Salvo un intenso dolor de cabeza y unos mechones de su cabellera que se quemaron cuando los terroristas se hicieron estallar, David Fritz salió ileso del asalto relámpago que lanzó el grupo de intervención (BRI) poco después de la media noche. Al menos físicamente.

"Hoy me siento un poco mejor que antes pero el síndrome postraumático no se va así de la nada, hay días en los que te sientes bien pero de repente puede haber un ruido, un olor, y caes de nuevo en ese estado. El trauma se puede ir un poco más lejos pero sigue presente. Poco a poco aprendí a vivir con ello", dice este amante del rock que ha vuelto a ir a conciertos, pero siempre acompañado.
No solo Le Bataclan fue blanco de un ataque terrorista, también lo fueron un conjunto de restaurantes y el estado Stade de France. (AFP / Archivo)

Sobre el juicio previsto a inicios del año que viene de los atentados que dejaron en total 130 muertos y 350 heridos, los peores en la historia de Francia y reivindicados por el grupo Estado Islámico, Fritz intenta "prepararse" psicológicamente desde ya porque sabe que será un período "difícil".

"Realmente no tengo expectativas, pero tendré la satisfacción de ver a esas personas que ayudaron a los terroristas, a los facilitadores, mirarlos a los ojos y decirles 'viví esto, mírenlo'. Quizás no les importe, no lo sé, pero para mí es importante hacerlo", concluye.

Una amenaza terrorista que no cesa, en que Francia se refuerza

En los últimos cinco años, se han cometido 20 ataques en suelo francés, 19 han fracasado y 61 se han frustrado. Pero en las últimas semanas, una combinación de factores llevó a las autoridades a revaluar el riesgo al alza.

"Durante un tiempo tuvimos la impresión de que la amenaza terrorista había pasado a segundo plano porque surgieron otras problemáticas, como los "chalecos amarillos" o el covid-19, pero en realidad las cifras muestran que se mantuvo alta desde 2015", dice una fuente de seguridad francesa.

En primer lugar, indica una fuente de seguridad, está el juicio, en curso, de los atentados de enero de 2015, contra el semanario Charlie Hebdo y un supermercado kósher en París, que plantean el riesgo de "acciones en apoyo a los acusados".

A esto se suma la republicación reciente de caricaturas del profeta Mahoma por parte de Charlie Hebdo y la "instrumentalización" en Francia y en el extranjero de los recientes discursos del presidente Emmanuel Macron y la acción del gobierno contra el "separatismo islamista".

En Francia, miles de personas condenaron el ataque terrorista contra el profesor Samuel Paty. (EFE)

En un homenaje nacional al profesor Samuel Paty, decapitado por un islamista el 16 de octubre cerca de París por mostrar esos dibujos satíricos en una clase sobre libertad de expresión, Macron dijo que Francia "no renunciaría a publicar caricaturas".

En algunos países de mayoría musulmana, los fieles han reaccionado airadamente quemando retratos del presidente francés en manifestaciones y se ha lanzado una campaña para boicotear los productos franceses.

El reciente ataque en Viena, cometido por un simpatizante del grupo yihadista Estado Islámico, fue también un recordatorio de que la amenaza apunta a toda Europa. El martes, tras una minicumbre europea, Macron instó a sus socios de la Unión Europea a intensificar la lucha común contra el terrorismo.

Para los servicios de inteligencia, a diferencia de 2015, la amenaza en Francia hoy en día es sobre todo "endógena". Individuos aislados a menudo desconocidos de los servicios de inteligencia, presentes en Francia y que, inspirados por la propaganda yihadista, cometen ataques con arma blanca que requieren poca preparación.

Las autoridades toman también muy en serio la amenaza de un ataque planeado desde el extranjero, como los del 13 de noviembre de 2015.

"No es porque el grupo Estado Islámico sufrió una derrota militar que sus capacidades quedaron aniquiladas", dijo un funcionario que trabaja en el contraterrorismo.

Se estima que entre 100 y 200 yihadistas franceses están asentados en la zona sirio-iraquí, especialmente en la provincia de Idleb, un importante bastión yihadista en el noroeste de Siria.

"Tienen armas, dinero, medios y, por lo tanto, creer que no son capaces de pasar clandestinamente las fronteras para llegar a Francia es ilusorio", añadió la misma fuente.

Para hacer frente a la amenaza, Francia ha aumentado los efectivos de la Dirección General de Seguridad Interior, mil 250 agentes más en el quinquenio de Macron, y ha reforzado su arsenal legislativo.

Algunas medidas han creado controversia, como allanamientos administrativos sin órdenes judiciales o el cierre de lugares de culto. También se están preparando otros textos, entre ellos una ley contra el "separatismo islamista".

Emmanuel Macron llegando a la iglesia de Niza tras reportarse el ataque en Francia hace unas semanas. (AFP)

La organización Estado Islámico reivindicó los atentados. Los investigadores iniciaron una búsqueda para localizar a los terroristas que se dieron a la fuga y a sus cómplices.

El belga Abdelhamid Abaaoud era una figura del yihadismo en Siria. Fue el presunto coordinador de los ataques y atacante de las terrazas. Murió el 18 de noviembre en el asalto policial a un apartamento en Saint-Denis, al igual que un cómplice que se hizo estallar y una prima que les había encontrado el refugio.m El único miembro vivo de los comandos, el francobelga Salah Abdeslam, fue detenido cuatro meses después en Bruselas.

Será juzgado a principios de 2021 en París junto con otros 19 sospechosos, encargados de la logística, del transporte, presuntos intermediarios, cinco de ellos en ausencia que probablemente hayan muerto en la zona sirioiraquí.

dmr

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