Presunto ataque yihadista en Francia revive amenaza terrorista

El fiscal antiterrorista francés confirmó que "las palabras del agresor" de la agente de policía apuntan a una motivación terrorista y dijo que el ataque pudo ser premeditado.

El atacante llegó a Francia en 2009 pero desde diciembre obtuvo un permiso de residencia; era tratado por depresión. (EFE)
AFP
Rambouillet /

El gobierno de Francia celebró una reunión de emergencia después que un hombre, procedente de Túnez, matara a puñaladas a una funcionaria de policía cerca de París en un presunto ataque yihadista, por el que se detuvo hasta ahora a cuatro personas.

El asesinato de ayer en una comisaría de Rambouillet, una ciudad situada a unos 60 kilómetros al suroeste de París, revivió el trauma de una serie de mortales atentados en los últimos años en Francia.

La víctima era una mujer de 49 años llamada Stephanie M., auxiliar administrativa de la policía y madre de dos niñas adolescentes, quien recibió dos puñaladas en la garganta a la entrada de la comisaría.

Su presunto agresor, Jamel Gorchene, de 36 años, fue abatido por un agente en el lugar de los hechos. Ni la policía ni los servicios de inteligencia tenían fichado al hombre de origen tunecino.

El presidente Emmanuel Macron, que en el momento del ataque se encontraba de visita en Chad, tuiteó que Francia nunca cedería ante "el terrorismo islamista".

Este sábado, el mandatario visitó al marido de la víctima en su panadería después de reunirse con agentes en Rambouillet, de acuerdo con la presidencia. La familia estaba "muy afectada y muy digna", agregó.

Los ministros de Interior, Justicia y Defensa se reunieron de urgencia durante dos horas, convocados por el primer ministro, Jean Castex.

La fiscalía nacional antiterrorista investiga el ataque. Una fuente cercana a la investigación aseguró a la AFP que el atacante gritó "Alá Akbar" (Alá es el más grande).

El fiscal jefe antiterrorista, Jean-François Ricard, confirmó que "las palabras del agresor" apuntan a una motivación terrorista y dijo que el ataque pudo ser premeditado.

El padre del atacante y dos personas que supuestamente lo habían acogido a su llegada a Francia fueron detenidos y sus interrogatorios continuaron hoy, mientras la policía indaga en los antecedentes, contactos y motivaciones.

También se detuvo a una cuarta persona y se registraron los domicilios de los cuatro arrestados.

El teléfono móvil del atacante contenía cantos religiosos musulmanes utilizados por la propaganda yihadista, según una fuente cercana a la investigación.

Atacante yihadista, tratado por un psiquiatra por depresión

Gorchene llegó a Francia ilegalmente en 2009, pero desde diciembre pasado había obtenido un permiso de residencia de un año, según la fiscalía nacional antiterrorista.

Era originario de Msaken, ciudad comercial cercana a Susa, en la costa este de Túnez, donde aún reside su familia en una modesta casa.

Un primo del atacante, Noureddine, lo describió a la AFP como "tranquilo y reservado". Otra prima, Sameh, precisó que era tratado por un psiquiatra en Francia porque sufría depresión.

El 24 de octubre de 2020, ocho días después del asesinato del profesor de secundaria Samuel Paty, decapitado por un joven de 18 años de origen checheno por haber mostrado a sus alumnos caricaturas de Mahoma, Gorchene cambió su foto de perfil y se unió a una campaña que pedía respeto por el profeta.

Gorchene "no había hecho amenazas, ni se habían detectado signos de radicalización", explicó Laurent Nuñez, coordinador nacional de los servicios de inteligencia, en una entrevista para la cadena BFMTV.

Formaba parte "de esos individuos [...] muy aislados, que no mantienen relaciones con otros individuos que los hagan detectables" por los servicios de inteligencia, añadió.

Desde 2015, una ola de atentados yihadistas ha causado más de 260 muertos en Francia. Varios de esos ataques han sido cometidos con arma blanca y contra las fuerzas de seguridad.

A un año de la elección presidencial, los últimos ataques contra la policía podrían poner aún más el foco en el extremismo en Francia y en la preocupación general por la seguridad.

La líder ultraderechista Marine Le Pen cuestionó inmediatamente por qué el atacante pudo instalarse en Francia y cargó contra las recientes críticas sobre brutalidad policial.

"Tenemos que volver a la razón: Apoyar a nuestra policía, expulsar a los migrantes ilegales y erradicar el islamismo", tuiteó Le Pen, a quien los sondeos la sitúan en segunda vuelta de la presidencial contra Macron.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, que también visitó a los agentes en Rambouillet, dijo que se reforzaría la seguridad en todas las comisarías.

Un homenaje a la funcionaria de policía asesinada tendrá lugar ante el Ayuntamiento de Rambouillet el lunes a las 17:30 (10:30 hora local), anunció la alcaldía en Twitter.

AESC

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