El presidente francés, Emmanuel Macron, condenó lo que describió como un “ataque terrorista islámico” contra un maestro de historia, quien fue decapitado ayer en un suburbio de París, y exhortó a la nación a mantenerse unida.
Según los testigos, el agresor gritó “Allahu Akbar” o “Alá es el más grande” antes del ataque. Su víctima, Samuel Paty, un profesor de historia de 47 años, había mostrado a principios de este mes a sus alumnos caricaturas del profeta Mahoma en una clase de educación cívica sobre la libertad de expresión.
Un funcionario policial dijo que el sospechoso, que portaba un cuchillo y una pistola neumática que disparaba municiones de plástico, fue abatido a tiros a unos 600 metros de donde fue asesinado el maestro, porque ignoró la orden de tirar sus armas y actuaba en forma amenazante.
Tras estos hechos, un fiscal de Francia abrió una investigación por homicidio con presunto móvil terrorista. También, el primer ministro, Jean Castex, dijo que el asesinato tenía el sello del terrorismo islamista y prometió que su gobierno respondería.
“Quiero compartir con ustedes mi total indignación. El laicismo, la columna vertebral de la República francesa, ha sido el blanco de este vil acto”, agregó Castex.
La policía aún investiga si el atacante había actuado solo o tenía cómplices. Los medios franceses informaron de que se trataba de un joven de 18 años de origen checheno nacido en Moscú.
Cuatro familiares del agresor, entre ellos un menor, fueron detenidos en las horas inmediatas al ataque. Ahora, otras cinco personas fueron arrestadas durante la noche, entre ellos, dos padres de alumnos de la escuela en la que impartía clases el docente.
Por su parte, Macron visitó la escuela donde el maestro trabajaba, en la localidad de Conflans-Saint-Honorine, y se reunió con el personal después del asesinato. Un reportero de The Associated Press vio llegar a tres ambulancias y a policías fuertemente armados para rodear la zona, al igual que camionetas policiales en las calles contiguas.
“Uno de nuestros compatriotas fue asesinado hoy porque enseñaba la libertad de expresión, la libertad de creer o no creer”, afirmó Macron.
Señaló que el ataque no debe dividir a Francia, pues eso es lo que los extremistas desean. “Debemos mantenernos unidos todos como ciudadanos”, agregó.
“No vimos venir esto”, dijo Remi Tell, habitante de Conflans, a la estación CNews TV, pues aseguro que su localidad es pacífica.
Este es el segundo incidente relacionado con terrorismo desde el inicio de un juicio en curso sobre la masacre perpetrada en enero de 2015 en la redacción del periódico satírico Charlie Hebdo, tras la publicación de caricaturas del profeta Mahoma.
Alumnos aterrados
Una semana antes, un hombre cuya hija asistía a clase de Paty grabó un vídeo compartido en redes sociales, en el que calificaba al profesor de "matón" y apelaba a los demás para que “unieran sus fuerzas y dijeran ‘alto, no toquen a nuestros hijos’”. Todavía no se ha podido confirmar si el autor del vídeo es uno de los nueve detenidos.
Hace diez días, el maestro había recibido amenazas después de abrir una discusión “para un debate” sobre las caricaturas, dijo un policía a The Associated Press. El padre de un alumno había presentado una queja contra el maestro, dijo otro funcionario policial, y agregó que el presunto asesino no tenía hijos en la escuela.
Varios padres depositaron flores en la puerta de la escuela. Algunos dijeron que sus hijos estaban aterrados por lo ocurrido.
“Mi hija está destrozada, aterrorizada por la violencia de tal acto. ¿Cómo le explicaré lo impensable?”, escribió un padre en Twitter.
Varios dirigentes musulmanes de Francia condenaron el asesinato, que muchas figuras públicas percibieron como un ataque a la esencia del Estado francés y a sus valores de laicidad, libertad de culto y libertad de expresión.
Tareq Oubrou, imán de una mezquita de Burdeos, negó que la matanza marcara un choque de civilizaciones.
“Cada día que pasa sin incidentes damos gracias. Estamos entre el martillo y el yunque. Ataca a la República, a la sociedad, a la paz y a la esencia misma de la religión, que es la unión.
“No es una civilización la que mata a un inocente, es la barbarie”, dijo Oubrou a France Inter, y añadió que la lista de ataques mortales por parte de militantes islamistas o sus simpatizantes es devastadora para la comunidad musulmana de Francia.
LP