Le 'pega' al Gordo de Navidad y muere 3 días después

José Luis Rodrigo López, de 84 años, fue un referente en el comercio de Huesca, en España, pero su repentina muerte causó una gran consternación; apareció en medios locales por ser uno de los afortunados con un décimo de la lotería.

La tradición de comprar lotería de Navidad ha llegado a otros países europeos e iberoamericanos debido a la fama del sorteo. (EFE)
El Mundo MX
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José Luis Rodrigo López fue todo un referente en el comercio de Huesca, en España, pues su establecimiento, Almacenes Rodrigo, la tienda que su padre abrió en 1949 cuando él apenas tenía 15 años, vistió durante más de 60 años varias generaciones de oscenses.

Popular y muy querido, el pasado sábado apareció en la prensa local por ser uno de los afortunados con un décimo del Gordo de la Lotería de Navidad.

Este miércoles la ciudad despidió a López tras su repentina muerte, misma que causó una gran consternación entre los pobladores, tenía 84 años. 

Con motivo de su fallecimiento, Diario del Alto Aragón recordó que en la puerta de la administración que había vendido el premio gordo, en total repartió 120 millones, José Luis Rodrigo reconoció que era uno de los agraciados. 

Cuando comprobó que por los 20 euros de un décimo le correspondían 400 mil euros, exclamó: "no me lo puedo creer". Señaló que desde su establecimiento patrocinaba y compraba un número de lotería. 

Junto con su padre, Joaquín Rodrigo Panzano, y su hermano Joaquín, creó en 1949 Almacenes Rodrigo, que llegó a tener 15 trabajadores y varias tiendas. Era un establecimiento especializado en ropa de señora, caballero y de jóvenes. 

El 19 de noviembre de 2011, Almacenes Rodrigo echaba el cierre definitivo después de 62 años vistiendo a la ciudad de Huesca y a toda la provincia. 

La familia decidió el cese del negocio textil debido a la jubilación de José Luis Rodrigo López y ante la falta de relevo generacional. Con motivo de su jubilación la Asociación del Comercio de Huesca le rindió un homenaje

Las más de seis décadas de existencia y su ubicación estratégica, en pleno centro de Huesca, permitieron a José Luis Rodrigo López "conocer la historia de la ciudad". 

Y es que, según recordó el día del cierre, muchos clientes "han acabado convirtiéndose en amigos. Han venido a despedirse y a desearnos que disfrutemos del futuro", dijo en ese entonces. 


jamj

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