El actual presidente de Francia, Emmanuel Macron y la candidata de extrema derecha Marine Le Pen repetirán en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales su duelo de 2017, después de que la primera ronda del pasado 10 de abril dejara al presidente saliente con un margen de ventaja algo mayor al previsto por las encuestas.
Con un discurso centrado en el poder adquisitivo y una imagen moderada comparada con el ultraderechista Éric Zemmour, Marine Le Pen está a las puertas de cumplir el sueño de décadas de la extrema derecha: llegar a la presidencia de Francia.
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De lograr las llaves del Elíseo, esta abogada de formación coronaría con éxito su estrategia de borrar la imagen extremista del partido desde que en 2011 tomó las riendas del entonces Frente Nacional (FN), fundado por su padre, Jean Marie Le Pen.
¿Quién es Marine Le Pen? ¿Por qué heredó (y se apropió) del partido de su padre? ¿Por qué sus chances de ganar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Francia son relativamente más posibles a comparación de 2017?
Una vieja conocida de la política francesa, al igual que su padre... y su partido
Marion Anne Perrine Le Pen nació el 5 de agosto de 1968 en Neuilly-sur-Seine, en la región de Bretón. Es la más joven de las tres hijas de Jean-Marie Le Pen —paracaidista en la Legión Extranjera de Francia y político que fundaría el partido familiar, Frente Nacional— quien fue su guía político durante gran parte de su vida, hasta la ruptura entre ambos.
Jean-Marie Le Pen fundaría el Frente Nacional en 1972, esto tras haber participado años antes como jefe de campaña del entonces candidato presidencial de extrema derecha, Jean-Louis Tixier-Vignancour —afín al régimen de Vichy, el gobierno títere durante la segunda guerra mundial—, donde ganaría Charles de Gaulle.
En sus inicios, el partido no superaba más del 5 por ciento de las elecciones presidenciales. Sería en la década de los 1980 cuando empezaría a atraer parte del electorado, donde Jean-Marie Le Pen fue candidato presidencial en cinco ocasiones (1974, 1988, 1995, 2002, y 2007).
Jean-Marie ya había alcanzado el hito de disputar el balotaje en 2002, cuando perdió con casi un 18 por ciento de votos frente al conservador Jacques Chirac, pero con una imagen de partido racista, antisemita y nostálgico de la Argelia colonial.
En ese momento, Marine ya se había graduado en Derecho, había ejercido la abogacía, y fungía como una de las figuras más importantes del Frente Nacional, al grado de comandar la candidatura presidencial de su padre en 2007. Traumatizada por el atentado contra su padre en 1976 —una explosión de la que salieron ilesos ella y su familia—, asegura que entró en política por casualidad.
Pero el ascenso de su hija sería pasando su última elección presidencial. Marine de convirtió en una de las dos vicepresidentas ejecutivas del Frente Nacional en 2007, con responsabilidad en materia de formación, comunicación y publicidad. Esto tras una decadencia dentro del partido tras las elecciones de ese año.
Su influencia en el partido se consolidaría en 2010 cuando expresó si intención de relevar a su padre para hacer una agrupación "popular que se dirija no solo al electorado de derecha sino a todo el pueblo francés". En 2011 sería electa como líder del Frente Nacional que contó con el respaldo de su padre.
Con ello, se indicaría la "des-demonización" del Frente Nacional, con que se alejaría de las posturas más radicales de su padre Jean-Marie, mismas que le costarían incluso la expulsión del partido que fundó en 2015.
Durante su mandato, lo expulsó por no retractarse de unas declaraciones que relativizaban las cámaras de gas nazis, aunque años más tarde se reconciliaron. También se deshizo de su brazo derecho de 2017, Florian Philippot, propulsor del fallido proyecto de abandonar el euro.
Le Pen buscaría su primera candidatura presidencial en 2012, quedando en tercer lugar en las intenciones de voto, sólo por debajo del socialista François Hollande —quien se convertiría en presidente— y el republicano Nicolás Sarkozy, que perdió su reelección.
Tras los comicios, el Frente Nacional empezara a ganar una gran parte del electorado tras impulsar un discurso xenófobo contra los musulmanes y la migración derivado de los ataques terroristas durante la presidencia de Hollande —la Masacre de Le Bataclan, el atropello masivo en Niza y el ataque al diario satírico Charlie Hebdo—, ampliando su presencia en la Asamblea Nacional de Francia.
Macron vs. Le Pen, capítulo I y II
En 2017, los franceses estaban muy divididos políticamente entre las zonas urbanas —históricamente privilegiadas y reformistas— y las desheredadas —las rurales tentadas por los extremos—, además, la muy baja popularidad que ya gozaba el presidente François Hollande favoreció a esa división.
Macron había creado su movimiento político, La República en Marcha (La Republique en Marche!) —fundado apenas en 2016—, con una ideología pro-europeísta y centrista en medio de auge del Brexit. Le Pen abogaba por la salida de Francia de la Unión Europea y de la OTAN, además de limitar lo más posible la migración, principalmente de Medio Oriente y y Africa.
Además, venía influencia del crecimiento de la ideología de la extrema derecha en Europa y Estados Unidos. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, así como la victoria del Brexit impulsaron aún su movimiento. Sin embargo, desde el balotaje de Jean-Marie Le Pen contra Chirac, los partidos (y la sociedad) en Francia habían puesto un "cordón sanitario" contra el Frente Nacional.
Le Pen obtuvo el 21.3 por ciento de los votos (unos 7.7 millones de votos) en la primera vuelta de las elecciones del 23 de abril de 2017, colocándose en segundo lugar detrás de Macron, que recibió el 24.0 por ciento. Aunque tenía buenos números para el balotaje, los debates presidenciales la fueron alejando de los electores y miembros de su propio partido.
El 7 de mayo de ese año, reconoció su derrota frente a Emmanuel Macron. Su porcentaje de votos del 33.9% fue más bajo de lo que habían predicho las encuestas —el actual mandatario ganó con el 66.10 por ciento—, donde Le Pen prometió que haría cambios en su partido.
Marine Le Pen fue apartando a los miembros destacados de estos sectores, incluso a su padre, y otros se unieron a las filas de su futuro rival, el periodista ultraderechista Éric Zemmour, que, según los observadores, buscaba resucitar el tradicional Frente Nacional.
Para el año siguiente, en 2018, propuso cambiar el nombre del partido a Agrupación Nacional (Rassemblement National), esto en referencia al partido donde estaba su padre en la candidatura presidencial de Jean-Louis Tixier-Vignancour, que terminó siendo aprobado por los miembros del partido, que terminó debilitado tras la elección.
Al cambiar de nombre, abdicó de su proyecto de abandonar el euro como moneda y se dedicó a hablar de las estrecheces económicas de los franceses de a pie, antes que de los extranjeros. Una apuesta con resultados.
Durante estos cinco años, Le Pen también se ha esforzado en suavizar su imagen para dejar atrás el acalorado cara a cara con Macron de 2017, en el que se le reprochó su "agresividad" y "su falta de preparación", visitando mercados, subiendo a tractores y dando entrevistas íntimas... para diferenciarse de Macron, percibido como "arrogante".
Incluso, se ha querido presentar como una "mujer moderna" y soltera, pues es madre de tres hijos y se divorció dos veces, se separó de su última pareja y vive con una amiga de infancia a la que acogió. Le Pen ha sorteado varias trabas en los últimos meses. Su labor de suavizar, de forma progresiva la imagen de su partido, ha durado más de una década.
Pero en ese periodo, Agrupación Nacional también ha tenido dificultades económicas —ya que tiene que reembolsar un alto préstamo en un banco ruso que ahora pasó a manos de uno húngaro— y ha visto dimisiones con la irrupción de Zemmour, quien atrajo a importantes figuras del entorno de Le Pen, entre ellas su sobrina, Marion Marechal, nieta de Jean-Marie Le Pen y diputada del Frente Nacional entre 2012-2017.
Macron, en el poder desde 2017, logró casi un 28 por ciento de votos, seguido de Le Pen, con alrededor de 25 por ciento tras los primeros resultados de las elecciones presidenciales realizadas el pasado 10 de abril. Con ello, revivieron la batalla de hace cinco años, pero con un contexto completamente diferente, con una guerra en Ucrania, el mundo pospandémico y una desgastada imagen del gobierno centrista.
Las principales propuestas de Le Pen
La candidata de Agrupación Nacional, quiere frenar la migración, combatir el islamismo y aumentar el poder adquisitivo con el objetivo de "devolver su dinero" y "su país" a los franceses, así como hacer ajustes a la economía y las pensiones. Aunque moderó sus posturas contra la Unión Europea, aboga por una mayor independencia de Bruselas.
Sin embargo, no han estado exentas de polémica, ya que Le Pen no es defensora de las energías renovables, y ha tenido que moderar sus postura sobre la relación con Rusia tras la guerra en Ucrania, ya que abogaba con muy mayor acercamiento al Kremlin. Estos son sus principales puntos.
- Organizar un referendo sobre un proyecto de ley para incluir en la Constitución el "control" de la migración, la "prioridad nacional" y la primacía del derecho francés sobre el internacional y europeo, así como suprimir el permiso de residencia para los extranjeros que no hayan trabajado desde hace un año y expulsar a clandestinos, delincuentes y criminales extranjeros fichados como peligrosos.
- Prohibir la "práctica, la manifestación y la difusión pública", tanto en el cine como en la prensa y en la escuela, de "ideologías islamistas", así como evitar que las mujeres porten velo en público.
- Duplicar el número de magistrados, creando hasta 25 mil plazas de prisión para 2027, así como eliminar la posibilidad de reducir o atenuar penas de cárcel e inscribir a los acosadores callejeros en el fichero de delincuentes sexuales.
- Rebajar el IVA de combustibles, gas y electricidad del 20 al 5.5 por ciento, eximir de las cotizaciones empresariales a las empresas que aumenten los salarios (hasta tres salarios mínimos) en un 10 por ciento. Eximir del impuesto de la renta a los menores de 30 años y crear un impuesto cero de interés para las jóvenes familias. Reducir los impuestos de producción de las pequeñas y medianas empresas, y suprimir los impuestos sobre el traspaso de empresas.
- Renacionalizar las empresas de autopistas y privatizar la radiotelevisión pública France Télévisions. Impulsar la intervención del Estado en la fijación de precios, así como obligar a las cantinas y comedores a usar un 80 por ciento de productos franceses.
- Eliminar las subvenciones a las "energías intermitentes", paralizar los proyectos de eólicas y desmantelar progresivamente los parques existentes, y relanzar los sectores nuclear e hidroeléctrico, e invertir en el hidrógeno.
- Aumentar el presupuesto de la defensa a 55 mil millones de euros para 2027, pero salir del comando integrado de la OTAN, órgano que define la estrategia militar de la Alianza.
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