Islandia creyó este domingo que se había convertido en el primer país de Europa en elegir un parlamento con mayoría de mujeres, tras las legislativas del sábado, pero con un recuento de votos pasaron a representar menos del 50 por ciento del hemiciclo.
De los 63 escaños que tiene el Althingi, el milenario Parlamento islandés, 30 estarán ocupados por mujeres, frente a los 33 de antes de este recuento. Aún así, esta proporción continúa suponiendo un récord en Europa. Hasta ahora, Suecia ocupaba el primer puesto, con un 47 por ciento de diputadas, según datos compilados por el Banco Mundial.
- Te recomendamos Islandia, el país donde todos los apellidos terminan en '-son' o '-dóttir' Europa
Tras este nuevo recuento, que modificó los resultados en una de las seis circunscripciones del país, a causa del complejo sistema electoral islandés, tres mujeres perdieron el escaño que en habían obtenido en un primer momento, explicó Ingi Tryggvason, presidente de la comisión electoral local.
"Esos pocos votos de diferencia comportan este gran jaleo", constató. Nadie lo pidió, pero "decidimos volver a contar porque el resultado era muy estrecho", agregó el responsable electoral de la circunscripción del noroeste.
Aún así, siguen reinando en parte la incertidumbre, pues un posible recuento en otra circunscripción, en el sur del país, podría tener consecuencias.
Antes de que se efectuara este segundo recuento, responsables y ciudadanos manifestaron su satisfacción al ver que la pequeña Islandia de 370 mil habitantes entraba en la historia de la política europea. Ningún país de Europa ha superado nunca el umbral simbólico de 50 por ciento de mujeres en el Parlamento.
"Tengo 85 años, he esperado toda mi vida a que las mujeres sean mayoría (...) y estoy realmente muy feliz", había manifestado Erdna, una residente de Reikiavik, capital de este país nórdico.
Pese a que varios partidos reservan una proporción mínima de mujeres entre sus propios candidatos, no existe ninguna ley que imponga una cuota en las legislativas en Islandia, según la organización democrática International Idea.
Islandia suele estar a la vanguardia en la causa de las mujeres y ha encabezado durante 12 años consecutivos la clasificación del Foro Económico Mundial en materia de igualdad de género.
"Es un nuevo ejemplo del camino que hemos recorrido en la vía de la igualdad completa de sexos (...) Le deseo a este Parlamento mucho éxito", había declarado el jefe de Estado islandés, Gudni Johannesson.
Sin embargo, es una mujer la que ha salido más perjudicada en estas elecciones: la primera ministra, Katrin Jakobsdottir, cuyo partido Movimiento Izquierda-Verde perdió tres escaños y obtuvo el 12.6 por ciento de los votos detrás de sus dos actuales aliados de derecha.
Lejos de un bloqueo político
El gran ganador es el Partido del Progreso (centroderecha), que consiguió 13 escaños, cinco más que en las pasadas legislativas de 2017, con el 17.3 por ciento de los votos.
El júbilo reinó el sábado por la noche en la sede de esta formación, que regresa "al primer plano de la escena política", según su líder, Sigurour Ingi Jóhannsson. Pero el partido conservador del ex primer ministro Bjarni Benediktsson se mantiene, sin embargo, como la principal fuerza en el país, con 24.4 por ciento de los votos, de modo que conserva sus 16 escaños.
Con un total de 37 diputados, los tres partidos aliados consolidan su mayoría, pero la derecha se encuentra en una posición de fuerza, con opciones de formar una coalición con otro socio más cercano ideológicamente como los centristas Reforma (cinco escaños) o del Centro (tres).
A pesar de que el futuro de la coalición sigue siendo incierto, Islandia se aleja de un escenario de bloqueo político como anunciaban las encuestas. Desde la espectacular quiebra de los bancos islandeses en 2008, nunca un gobierno de la isla ha conservado su mayoría. Hay que remontarse a 2003 para encontrar un precedente.
Los tres jefes de partido deberán discutir, y la cuestión de quién ocupará el Stjornarradid, la modesta casa blanca donde viven los jefes de gobierno islandeses, estará sobre la mesa, según los analistas.
"¿El conservador Benediktsson, primer ministro de nuevo? No lo reclamo", aseguró en la televisión pública RUV el líder de los conservadores, para quien "es necesario esforzarse para buscar soluciones".
Tras una década de crisis, de escándalos y de reiteradas citas con las urnas, la actual coalición trajo de vuelta la estabilidad política al país. Entre 2007 y 2017, los islandeses tuvieron que ir a las urnas en cinco ocasiones para elegir a sus diputados en un contexto de desconfianza ante la clase política y de repetidos escándalos.
dmr