El voraz incendio en la catedral de Notre Dame dejó severos daños al inmueble. El techo se desplomó y la aguja que formaba parte del edificio se vino abajo.
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El fuego, cuyo origen se desconoce, comenzó en la parte superior y se propagó con rapidez a una parte del tejado.
Las llamas devoraron la armadura de madera de más de 100 metros de largo, conocido como “el bosque” debido “al gran número de vigas que hubo que utilizar para instalarlo, cada una procedente de un árbol”.
Los bomberos trabajaron durante 15 horas, hasta que esta madrugada controlaron por completo el fuego.
De acuerdo con el secretario de Estado del Interior, Laurent Nuñez, la catedral se salvó “por un cuarto de hora, o media hora”, pues existía el riesgo de que colapsara por completo debido al fuerte incendio que inició el lunes a las 18:20 hora local.
Una hora después de que inició el incendio, la aguja de la catedral, que estaba a 93 metros del suelo, cayó. Mientras que el techo del edificio se vio reducido a cenizas en pocas horas.
“Todo el tejado está siniestrado, toda la armadura quedó destruida, una parte de la bóveda se derrumbó, la aguja ya no existe”, dijo el portavoz de los bomberos de París, Gabriel Plus.
Agregó que “globalmente la estructura se mantiene”, pero se identificaron “vulnerabilidades”, en particular en la bóveda del edificio.
Varios tesoros pudieron ser salvados de las llamas pero otros, que no podían ser desplazados, fueron vigilados por los bomberos.
La corona de espinas y la túnica de San Luis, dos reliquias importantes, pudieron ser salvadas, indicó monseñor Patrick Chauvet, el rector de la catedral.
VJCM