Una ola de calor de una precocidad sin precedentes para un mes de junio desde hace más de 70 años comenzó a azotar Europa, con temperaturas que podrían superar los 40° esta semana en varios países del continente.
El continente se alista para sufrir altas temperaturas extremas que podrían durar toda la semana próxima, por lo que hay alerta de "ola de calor" en España, plan 'canícula' en París, preocupación de agricultores alemanes y advertencia de "fuerte calor" en Bélgica, entre otros países.
La agencia meteorológica española, la AEMET, ha indicado en su último boletín que "se superarán los 35ºC en amplias zonas del interior peninsular; incluso es bastante probable que se alcancen o superen los 40ºC en áreas del centro", por lo que ha lanzado una alerta de ola de calor.
"Es probable que las altas temperaturas persistan, al menos, hasta el domingo 30. No se descarta que puedan prolongarse durante los primeros días de julio en algunas zonas", añadió la agencia española.
"Los valles del Ebro, Tajo, Guadiana y Guadalquivir serán las zonas más afectadas por este episodio de calor, donde los valores térmicos podrían alcanzar o incluso superar los 42 ºC en algunos puntos", ha añadido. "Se espera que las temperaturas alcancen valores significativamente altos de forma casi generalizada en la Península y Baleares", señala.
Ola de calor en Madrid
En el caso de Madrid, los termómetros se dispararán a partir del miércoles hasta llegar a su punto álgido el fin de semana, con un aumento de hasta 10 grados de las temperaturas máximas, hasta los 41 grados previstos en la capital y los 42 en municipios de la zona del Henares y el Sur, Vegas y Oeste.
En Francia temen que se repita la canícula de 2003
En Francia, esta canícula excepcional por su precocidad e intensidad podría llevar el termómetro hasta los 40ºC en varias regiones a partir del martes, inclusive en la capital París, donde el plan canícula de nivel 3 (sobre un total de 4) se lanzó para acompañar a las personas mayores y enfermas, a los niños y a las personas sin techo.
Francia teme una repetición de la canícula de 2003, denominada "verano asesino" en el país, que causó la muerte de 15 mil personas entre el 4 y el 18 de agosto de aquel año.
"Salas refrescadas" en lugares públicos, fuentes temporales y vaporizadores de agua, apertura nocturna de parques y jardines e instalación de ventiladores en guarderías y escuelas hacen parte de las medidas previstas en París por el plan canícula.
Bélgica emitió por su parte una advertencia de "fuerte calor", y prevé "máximas hasta de 34 o 35 grados" desde el martes, según el Instituto real meteorológico.
Alemania espera un nuevo "récord de calor", no sólo en junio sino también durante todo el verano, que podría superar los 40,3°C registrados en julio de 2015 en Baviera.
Refiriéndose a "un aire proveniente del desierto del Sahara", la agencia Deutsche Wetter prevé "al menos una semana" de canícula.
Los agricultores de la primera economía europea temen que se dañen sus cosechas. "Estamos ahora en plena fase de crecimiento", indicó a la prensa Joachim Rukwied, portavoz de la Deutscher Bauernverband, principal sindicato agrícola alemán. Las lluvias de mayo sólo fueron suficientes para que continuara el crecimiento, advirtió. El Reino Unido se preocupa por las "tormentas violentas" y se lanzaron alertas para lunes y martes.
Un veranos especialmente caluroso
La ola de calor que llega este miércoles es la primera de un verano que se prevé más caluroso de lo normal en Península y Baleares. Así, la Aemet señala que las temperaturas estarán 0.5 grados por encima de la media de referencia, tras una primavera especialmente seca.
jamj