Olaf Scholz toma protesta como canciller de Alemania; sucede a Angela Merkel

Merkel, todavía con altas cuotas de popularidad, pone fin a 31 años de carrera política, la mitad de ellos al frente de la primera economía europea.

El socialdemócrata Olaf Scholz reacciona tras ser elegido como nuevo canciller de Alemania. | AP
AFP
Berlín /

El parlamento de Alemania eligió a Olaf Scholz como el noveno canciller del país desde la Segunda Guerra Mundial, y dio comienzo a una nueva era en el país más poblado de la Unión Europea, tras los 16 años de mandato de Angela Merkel.

El gobierno de Scholz asumió el cargo con grandes esperanzas de modernizar Alemania y combatir el cambio climático, pero afrontaba el desafío inmediato de gestionar la peor ola de contagios de covid-19 que ha sufrido el país en la pandemia.

Scholz recibió el apoyo de 395 legisladores. Su coalición de tres partidos tiene 416 escaños del Bundestag, conformada por 736 parlamentarios. La diferencia no es inusual cuando se eligen cancilleres, y algunos legisladores estaban de baja por enfermedad o cuarentena.

El líder socialdemócrata fue nombrado oficialmente por el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier. Más tarde, regresó al parlamento para jurar el cargo ante el presidente del parlamento.

Dos meses y medio después de las elecciones en Alemania, Scholz dijo “Sí” a la presidenta del Parlamento, Bärbel Bas, cuando le preguntó si aceptaba el resultado de la votación. El presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier, le entregó un acta que oficializa su nombramiento y marca el inicio de su mandato.

Scholz prestó juramento, junto a su gobierno y ante los diputados, leyendo el artículo 56 de la Ley Fundamental, en el que promete “consagrar sus fuerzas al bien del pueblo alemán”. Con reputación de sobrio, el nuevo canciller estaba sonriente al recibir felicitaciones, ramos de flores y posar para las fotos.

El nuevo canciller, que no es religioso, omitió la frase opcional “con ayuda de Dios” del juramento, como hizo el predecesor de Merkel, Gerhard Schröeder.

Ovación a Angela Merkel

Merkel, que ya no forma parte del parlamento, asistió a la votación desde el palco de visitantes, y los legisladores le ofrecieron una ovación en pie al principio de la sesión.

El resultado de esta votación marca la retirada de Merkel después de cuatro mandatos. Sólo por nueve días, la emblemática dirigente no habrá batido el récord de longevidad en el poder de Helmut Kohl. La ex canciller, que encadena homenajes en las últimas semanas, dejará definitivamente su cargo tras una ceremonia de traspaso de poderes con Scholz, adversario y a la vez aliado.

Merkel, todavía con altas cuotas de popularidad, pone así fin a 31 años de carrera política, la mitad de ellos al frente de la primera economía europea y cuarta mundial.

Scholz, de 63 años, era vicecanciller y ministro de Finanzas desde 2018, lleva una amplia experiencia y disciplina a una coalición aún sin probar que reúne a sus socialdemócratas de centroizquierda, al grupo ecologista de los Verdes y a los Liberal Demócratas. Los tres partidos han descrito su combinación de antiguos rivales como una alianza progresista que llevará nueva energía al país tras el mandato casi récord de Merkel.

“Emprendemos un nuevo viaje, uno que asume los grandes desafíos de esta década y más allá”, dijo Scholz ayer. Si los partidos tienen éxito, añadió, “es un mandato ser reelegidos juntos en las próximas elecciones”.

El nuevo gobierno aspira a redoblar los esfuerzos contra el cambio climático, expandiendo el empleo de energías renovables y adelantando el abandono de la energía producida con carbón desde 2038, idealmente a 2030. También quiere hacer más para modernizar el país, lo que incluye abordar las conocidas deficiencias de sus redes de celular e internet.

Además, planea adoptar políticas sociales más progresistas, como legalizar la venta de cannabis con fines recreativos y facilitar la obtención de la ciudadanía alemana, aunque la coalición ha prometido redoblar los esfuerzos para deportar a inmigrantes que no consigan asilo. Asimismo, los socios quieren reducir de 18 a 16 la edad de voto en las elecciones nacionales.

El gobierno también tiene previsto aumentar el salario mínimo alemán a 12 euros (13.50 dólares) por hora, respecto a los 9.60 euros actuales. Scholz ha afirmado que eso implica “un aumento de los salarios para 10 millones de personas”. La coalición ha prometido que se construirán 400 mil nuevos apartamentos al año, en un esfuerzo de frenar los crecientes precios del arrendamiento.

Scholz ha apostado por la continuidad en política exterior y señaló que el gobierno defendería una Unión Europea fuerte y contribuiría a la alianza transatlántica.

Gobierno paritario

Feminista convencido, Scholz tomará las riendas de un gobierno compuesto por primera vez en Alemania por igual número de hombres y mujeres. Tres de ellas dirigirán ministerios claves: la ecologista Annalena Baerbock, en Exteriores; y las socialdemócratas Christine Lambrecht y Nancy Faeser, en Defensa e Interior, respectivamente.

Además, Christian Lindner, dirigente de los liberales y partidario de la austeridad presupuestaria, asumirá la importante cartera de Finanzas.

La recién estrenada coalición deberá hacer frente a la peor crisis sanitaria desde la aparición del covid-19, con los hospitales bajo fuerte presión. La ola de contagios llevó al gobierno a imponer duras restricciones para los no vacunados, que no pueden entrar en restaurantes, lugares culturales y, en algunas regiones como Berlín, en tiendas.

La estrategia del nuevo ejecutivo pasa por la obligatoriedad de la vacuna, deseada por Scholz, y que podría aplicarse desde febrero o marzo.

Entre otros cambios, el dirigente socialdemócrata, antiguo alcalde de Hamburgo, confiará la cartera de Sanidad a Karl Lauterbach, médico de formación y partidario de medidas restrictivas.

Una agenda exterior cargada

Tras la elección de Scholz, la presidenta de la Comisión Europea, Ursuya von der Leyen confió en trabajar con él “por una Europa fuerte”, mientras Rusia esperó mantener con el nuevo dirigente “una relación constructiva”, en un momento en que las tensiones son fuertes entre Europa y Moscú.

“No hay otra alternativa que el diálogo para resolver las diferencias más graves”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Desde Pekín, el presidente chino Xi Jinping indicó que su país está dispuesto “a consolidar y a profundizar la confianza mutua política, a aumentar los intercambios y la cooperación en diferentes ámbitos con Alemania”.

Por ahora, Scholz no ha comentado el “boicot diplomático” anunciado por Estados Unidos contra los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín, pero la nueva jefa de la diplomacia no descarta seguir los pasos de Washington.

Annalena Baerbock prometió adoptar un tono más firme que el gobierno precedente ante Rusia, cuya acumulación de tropas en la frontera con Ucrania incrementan el miedo a una posible agresión.

Siguiendo la tradición, el nuevo canciller alemán inaugurará su agenda exterior con un viaje a París el viernes, seguido de una visita a Bruselas, para reunirse con los dirigentes del bloque y preparar la cumbre europea de la próxima semana.

​LP

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