El líder del partido de izquierda radical Podemos, Pablo Iglesias, anunció este martes que dejará la política luego de la derrota sufrida en las elecciones regionales de Madrid, donde la derecha obtuvo una rotunda victoria.
Iglesias, quien ya había abandonado en marzo el ejecutivo del socialista Pedro Sánchez para competir en Madrid y tratar de impulsar a su partido, afirmó que "cuando uno deja de ser útil, tiene que saber retirarse", por lo que deja "todos (sus) cargos" y la "política entendida como política de partido".
Iglesias había abandonado su cargo como vicepresidente segundo del Gobierno español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, para concurrir como candidato a estas elecciones.
La victoria Isabel Díaz Ayuso, pero necesitará la ultraderecha para gobernar
La derecha española y su figura ascendente, Isabel Díaz Ayuso, obtuvieron este martes un triunfo holgado en las elecciones regionales de Madrid, infligiendo una derrota a los socialistas del presidente del gobierno, Pedro Sánchez, según resultados parciales.
"Hoy empieza un nuevo capítulo en la historia de España", proclamó una emocionada Díaz Ayuso desde el balcón de la sede del PP, ante cientos de seguidores.
El conservador Partido Popular dobló los resultados de los comicios de 2019, cuando obtuvo 30 escaños y superó a la suma de los tres partidos de izquierda, que reúnen 58 diputados: 24 del PSOE, 24 de Más Madrid y 10 de Unidas Podemos, en unos comicios muy polarizados entre el bloque de la izquierda y el de la derecha.
Más Madrid, liderada por Mónica García, y fundada por Íñigo Errejón, un antiguo socio de Iglesias, fue la gran triunfadora de la izquierda madrileña, al situarse por encima del PSOE como segunda fuerza política en el Parlamento regional.
"Hoy desde Madrid, desde el kilómetro cero, vamos a recuperar el orgullo [...] la convivencia, la unidad y la libertad que necesita España", añadió la política madrileña, afirmando que tras esta victoria para los conservadores el gobierno de izquierdas de Pedro Sánchez "tiene los días contados".
De todas maneras, al no haber alcanzado la mayoría absoluta de 69 escaños, Díaz Ayuso se verá en la necesidad de contar con el apoyo de las 13 bancas del partido de extrema derecha Vox para volver a gobernar la región más rica de España, dirigida por gobiernos conservadores desde hace 26 años.
Frente a cientos de personas reunidas frente a la sede del PP en Madrid, el líder nacional del partido, Pablo Casado, celebró junto a Díaz Ayuso los resultados, asegurando que "hoy Madrid ha hecho una moción de censura democrática al gobierno de Sánchez".
A falta de la mayoría absoluta, fijada en 69 escaños, el PP necesitará el apoyo de la extrema derecha de Vox (13 diputados). La líder regional de Vox, Rocío Monasterio, declaró de inmediato que facilitará la investidura de Díaz Ayuso, como ya hizo hace dos años.
A su vez, el Partido Socialista de Pedro Sánchez cosechó el peor resultado de su historia en la región, con 24 escaños, bajo el mando de su candidato regional Ángel Gabilondo. "No nos lo esperábamos", dijo éste apesadumbrado.
La reapertura de actividades por el covid-19, el arma política de Díaz Ayuso
Sin embargo, los conservadores, que gobiernan Madrid desde hace 26 años, capitalizaron la arriesgada política de medidas laxas promovida desde hace casi un año por Díaz Ayuso, que se tradujo en la apertura continuada de bares, restaurantes y salas de espectáculos.
Esta resistencia a las presiones del gobierno central y la oposición para que endureciera restricciones le valió amplias simpatías, especialmente entre la restauración que bautizó cervezas o pizzas en su honor.
"Ayuso se merece que la quieran por lo que ha hecho, abrir los bares y dar trabajo", aseguró José Luis Cordón, funcionario de 63 años que votó por ella.
El resultado de estos comicios anticipados sólo tiene una validez de dos años, ya que los madrileños deberán votar de nuevo en 2023, cuando a más tardar se celebrarán elecciones legislativas nacionales.
A la espera de esa cita, el PP, desbancado del poder central en 2018, presentó la "batalla de Madrid" como antesala de la futura pugna electoral con Pedro Sánchez, quien gobierna en coalición con la izquierda radical de Podemos.
"Hoy vivimos un punto de inflexión en la política nacional", declaró en ese sentido el presidente del PP, Pablo Casado. "El gobierno de coalición que gobierna en España seguirá siéndolo durante muchos años", dijo horas antes Iglesias, que abandonó una vicepresidencia del gobierno para competir en Madrid.
Para sorpresa de muchos, en marzo rompió su coalición con el partido centrista Ciudadanos y convocó elecciones anticipadas con la esperanza de capitalizar las simpatías ganadas por su oposición a las restricciones recomendadas por el gobierno central.
Aunque Madrid tiene la cifra acumulada más alta de contagios y decesos del país, Díaz Ayuso mantuvo abiertos bares y restaurantes, convirtiéndose en heroína para los restauradores que bautizaron en su honor pizzas y cervezas.
Con el 'todo abierto' por bandera, acuñó un insólito regionalismo madrileño presentando la región como "capital de la libertad": "Esta forma de vivir a la madrileña es única", dijo en marzo al convocar las elecciones anticipadas.
En campaña, no dudó en presentar las bondades de esta "vida a la madrileña": desde tomar una cerveza al salir de trabajar a poder ir a misa y a los toros, o incluso "cambiar de empresa o de pareja y no volver a encontrártela nunca más".
"Esto también es libertad", dijo en una entrevista de campaña que se hizo rápidamente viral en las redes.
Una elección en medio de amenazas y la pandemia
El sufragio se celebró bajo estrictas medidas sanitarias para minimizar el riesgo de contagio para los electores y el personal electoral. Las autoridades pidieron a las personas con coronavirus o sospechosas de tenerlo que acudieran al colegio electoral a última hora. La participación fue muy elevada y apunta a más de un 76 por ciento.
La campaña se desarrolló dentro de una estricta lógica de bloques, con los partidos de la derecha (PP, Vox y los liberales de Ciudadanos) a cara de perro frente al tridente de izquierdas (PSOE, Podemos, y su escisión Más Madrid).
Los debates sobre problemas concretos como la gestión de la pandemia, la carestía de la vivienda o la inversión en servicios públicos se hicieron oír poco.
En un clima de eslóganes lanzados entre bloques a modo de invectivas ("comunismo o libertad", "fascismo o democracia"), sacudieron la campaña las amenazas dirigidas a varios líderes políticos, entre ellos Díaz Ayuso y Pablo Iglesias, en forma de sobres con balas dentro.
dmr