Miles de ciudadanos se han concentrado a la altura de la puerta de Brandenburgo, donde numerosas personas han brincado el muro en ambos sentidos sin que, hasta ahora, tropas militares (Alemania oriental) hayan realizado intentos para impedir que se infrinja la inviolabilidad de la frontera.
Así fue como la entonces embajadora de la República Democrática de Alemania, Rosario Green, informaba a México el 10 de noviembre de 1989 la caída del muro de Berlín y el inicio de la reunificación de una ciudad, un país y todo un continente.
En siete hojas remitidas a través del telegrama, de forma cifrada y bajo el título de “confidencial”, la embajadora Green notificaba al secretario de Relaciones Exteriores en turno, Fernando Solana, la situación política de un país dividido por más de 40 años.
MILENIO tuvo acceso al Archivo Histórico Genaro Estrada de la Cancillería Mexicana para conocer las comunicaciones remitidas desde Bonn, antigua capital de la República Federal de Alemania (RFA) y Berlín como la extinta capital de la República Democrática Alemana (RDA).
En la comunicación del 10 de noviembre se detalla paso a paso el impacto de una medida anunciada apenas unas horas antes en la que una Alemania socialista abría sus fronteras hacia la Alemania occidental, aunque el futuro aún resultaba incierto en aquel momento.
“Sorpresiva decisión del gobierno germano oriental de abrir fronteras con RFA y Berlín occidental ha causado profundo impacto en la población de ambos sectores de Berlín, RDA y RFA, así como en todo el continente sin que pueda hacerse un pronóstico sobre las perspectivas que puede llegar a plantear en un futuro inmediato”, fueron las primeras líneas de la comunicación 563.
Durante todo el documento la embajadora Green narró acuciosamente el júbilo que prevalecía entre la sociedad que entre el 9 y 10 de noviembre mantuvieron manifestaciones que consideró no tenían precedente histórico.
“Alrededor de las 22:00 horas de ayer (9 de noviembre) política de la RDA empezó a permitir el cruce de la frontera con la simple presentación de carnet de identidad; la difusión de esta noticia provocó una afluencia masiva a puntos fronterizos donde se congregaron miles de berlineses occidentales para recibir a los visitantes con entusiasmo”.
No obstante, alertó “como anotación marginal”, que a pesar del ánimo generalizado de júbilo “entre la población de este sector de Berlín existe temor que ciertos círculos que aún poseen gran poder decidan emplear la fuerza para recuperar el poder, conforme a óptica y prácticas ortodoxas”.
Con tan solo unos meses al frente de la representación diplomática, la embajadora Green desarrolló un análisis de las causas que desencadenaron estas acciones, que fueron consideradas como una estrategia del Partido Socialista de Alemania para recuperar credibilidad.
Además de que consideró que esta apertura tendría un impacto “fuera de todo pronóstico” para las propias autoridades y dirigencia de la Alemania socialista respecto a una población que “había demostrado poseer identidad nacional madura y capaz de provocar una revolución pacífica”.
“Con apertura de fronteras, crisis germano oriental se ha convertido en crisis alemana a pesar de la potencia económica RFA no/no puede integrar de un día para otro a un millón adicional de inmigrantes”, sentenció.
La embajadora reportó que en menos de 24 horas la apertura de fronteras ya había provocado compras de pánico de la población local así como la aparición “prácticamente repentino” de un mercado paralelo de moneda.