Robert Biedroń, el nuevo presidente de la Comisión de Igualdad de Género del Parlamento Europeo, inicia su periodo al frente de este grupo con una sentencia que recupera una de las frases de la primera mujer secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright: hay un lugar especial en el infierno para los hombres que no apoyan a las mujeres.
Biedroń es un político atípico para su país natal, uno de los países más conservadores y católicos de la Unión Europea: fue el primer diputado abiertamente gay en Polonia, pertenece al grupo socialdemócrata y aboga abiertamente por la separación del Estado y la iglesia, lo que le ha granjeado críticas en el pasado.
Esta semana, sus compañeros le han elegido para presidir la comisión de Asuntos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento después de que su predecesora fuese nombrada vicepresidenta de la institución, un cargo desde el que, asegura, trabajará para involucrar a los hombres más en la pelea por la igualdad de género en la Unión Europa.
"En política, me doy cuenta, hay esferas de interés donde los hombres están muy presentes. Estoy también en la comisión de Presupuesto, que está dominada por los hombres. Pero en las comisiones de Asuntos Sociales, Educación, Sanidad o Igualdad suele haber pocos hombres. Veo raro y peligroso que las comisiones en las que están los hombres sean habitualmente donde se mueve el dinero", advierte Biedroń en una entrevista con Efe.
Su elección al frente de este organismo, señala, es "simbólica" por su nacionalidad pero a la vez "práctica", porque, según alerta, las mujeres de su país tienen hoy menos derechos que cuando Polonia entró a la UE en 2004.
Desde octubre de 2020, Polonia prohíbe el aborto en los casos en los que las pruebas prenatales revelen defectos fetales graves e irreversibles o una enfermedad incurable que amenace la vida del feto.
A principios de este año, otra mujer embarazada falleció después de que el primero de sus gemelos muriera en el primer trimestre pero los médicos se negaran a practicar un aborto hasta que se paró el corazón del segundo, nueve días después.
"Ver este retroceso en la igualdad de derechos es algo terrible", lamenta Biedroń, que recuerda que la sociedad polaca es profundamente proeuropea. "Para nosotros es una paradoja vivir en un país en el que el gobierno limita los derechos de las mujeres y un tercio de nuestro territorio son zonas libres de personas LGTBIQ+".
El político, que sueña con "el día que las polacas tengan los mismos derechos que las españolas", afirma que su país natal es "diverso" y que la única imagen hacia el mundo no puede ser la que da el líder del partido en el gobierno, Jarosław Kaczyński, que caracterizó el movimiento por los derechos LGTBIQ+ como "una importación extranjera que amenaza la nación polaca".
Biedroń también advierte sobre la actual tensión entre su gobierno y la Comisión Europea, que mantiene bloqueado el desembolso de miles de millones de euros del plan de recuperación hasta que Varsovia no se comprometa a ciertas reformas para su independencia judicial y exige el pago de una multa impuesta por la justicia europa por no haber revertido un controvertido sistema de disciplina a magistrados.
"Se están jugando el futuro de nuestros conciudadanos por sus reglas extremistas y fanáticas. Han preferido ir por el oscuro camino de no respetar los derechos humanos, el Estado de derecho y la democracia. Todos somos chivos expiatorios de esta política", criticó el eurodiputado, que asegura que la oposición está "obligada a demostrar" que otra política es posible.
Y es que desde que empezó su carrera, dijo, ha visto cambiar muchas cosas: cuando le eligieron diputado muchos colegas le negaban un apretón de manos y otros se reían de él porque, dice, pensaban que sólo hablaría de sexo en la tribuna parlamentaria.
Entre los que se reían de él, cuenta, estaba el ex presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que recientemente se ha mostrado favorable a legalizar las uniones homosexuales en Polonia y ha criticado la deriva anti LGTBIQ+ del gobierno de Ley y Justicia.
"Cuando entré en política, nadie podría haber soñado que iríamos en esta dirección, para lo bueno y para lo malo. Nunca imaginé la terrible ley antiaborto y el comportamiento inhumano del gobierno. Pero por el otro lado veo el cambio entre la gente, que los polacos de hoy son proeuropeos, que cada vez hay más emancipación de la mujer. Que las mujeres saben, en la Polonia de hoy, que tienen derechos y no dudarán en usarlos y luchar por ellos", asegura.
DMZ