La Unión Europea nombró a un ex banquero internacional y experimentado diplomático como su enviado especial para Venezuela, lo cual se espera ayude a aumentar las posibilidades de que haya una nueva elección presidencial para sacar al país de su crisis.
Enrique Iglesias, ex ministro de Exteriores de Uruguay y ex director del Banco Interamericano de Desarrollo, fue nombrado como enviado del bloque por la jefa de asuntos exteriores de la UE, Federica Mogherini.
Iglesias tiene nacionalidad tanto uruguaya como española, y mucha experiencia con agencias latinoamericanas. Diplomáticos europeos creen que él está muy bien posicionado para hablar tanto con el gobierno de Nicolás Maduro como con la oposición venezolana.
La UE dijo que la meta del nombramiento es "contribuir a una solución democrática y pacífica a la crisis venezolana y como seguimiento a las discusiones sostenidas en el contexto del Grupo Internacional de Contacto".
Alemania, España, Gran Bretaña y otros cinco países europeos, así como Bolivia, Ecuador, Costa Rica y Uruguay en Latinoamérica, han sido parte del GIC desde febrero.
Su misión en Caracas se reunió este mes por separado tanto con Maduro como con Juan Guaidó, líder de la oposición que ha sido reconocido como presidente legítimo de Venezuela por Estados Unidos y docenas de países más.
El grupo dice que, en vez de mediar, trabaja para establecer condiciones para elecciones justas y transparentes, así como para la entrega segura de ayuda humanitaria, y ha dicho que respalda fuertemente las negociaciones actuales entre Maduro y los enviados de Guaidó en Oslo.
Un alto funcionario de la UE dijo que el bloque consideraba las negociaciones en la capital noruega como "complementarias" y "alineadas" con el trabajo del GIC.
"La disposición al diálogo tiene que ir acompañada de gestos específicos que le den credibilidad", dijo el funcionario, quien habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado para ser identificado por la prensa.
La fuente agregó que la UE está abierta a apoyar la aplicación de posibles acuerdos que pudieran surgir del proceso de Oslo, si es que las partes así lo desean.
"Es importante que el proceso de negociación tenga una meta, y esa debe de ser una elección libre y justa", puntualizó.
jamj