Sucedió en el metro de Madrid. Sí, un acto racista de esos que se producían a menudo hace unos años pero que ahora mismo son esporádicos por parte de una sociedad cada vez más moderna y respetuosa.
Lo más sorprendente no fue la reacción racista de la mujer contra una niña y su madre extranjeras, sino la lección de civismo y educación que todos los pasajeros le dieron a la agresora que por cierto no es madrileña, es decir, migrante, como la mayoría en esta capital de España.
Una mujer con aparente acento andaluz que, seguramente llegó hace décadas a Madrid, como los extremeños, zaragozanos, andaluces, cántabros, etcétera, que sin trabajo en sus comunidades autónomas llegaron a Madrid para poder tenerlo, algo que evidentemente se le olvidó a agresora.
El video se ha hecho viral y en éste se destaca la solidaridad del resto de españoles hacía la niña y su madre, incluso una mujer y un hombre que estaban al lado de la agresora la encaran, le llaman maleducada, le recuerdan que los primeros en emigrar fueron los españoles tras la Guerra Civil y hasta hace tres o cuatro años por la crisis económica, pero la mujer, de unos 65 años, está desquiciada, grita sin parar.
La madre y su hija vieron cómo su agresora le decía a la pequeña que no podía sentarse porque “esto lo pagamos los españoles”. La víctima de los ataques tenía entre 4 o 5 años, y todo fue grabado por el fotógrafo el Iram Martínez, que estaba presente en el tren de la línea 5 del Metro de Madrid en el que ocurrió la escena.
El vagón iba lleno, con todo el mundo apretado. Al llegar a la Gran Vía-Callao (un tramo muy transcurrido del Metro de Madrid), quedaron algunos asientos libres en el vagón y una niña de unos 4 o 5 años que viajaba con su madre vio un asiento libre y decidió ir a sentarse.
Fue entonces cuando la señora le gritó a la niña, sin motivo alguno más que el tono de su piel, que no tenía derecho a sentarse, que ella no lo había pagado, que eso lo pagaban los españoles.
Testigos han contado que la niña se quedó “con cara de no saber qué estaba pasando” y que justo en ese momento comenzó la discusión, ya que tanto la madre como los demás viajeros no dejaron que la señora ofendiera más a la niña.
La responsable de los comentarios racistas también se dirigió con malas formas a todas las personas que le reprocharon su actitud: "¡Sinvergüenza! ¡Racista tú!" le dijo a una mujer que intentaba hacerla entrar en razón.
Mientras, otros ocupantes le pedían que se calle y había cometido frases “muy graves”.
La discusión se prolongó por minutos, incluso la niña y la madre se bajaron en la siguiente estación porque la pequeña estaba muy asustada. La discusión con la autora de los comentarios racistas continuó varias paradas más.
Pero prácticamente ninguno de los pasajeros se quedó con ganas de echarle en cara a la agresora su mala educación, su conducta racista. Una visión cada vez más caduca en la sociedad española- no así en algunos de sus políticos, sobre todo del Partido Popular-.
Lo importante es ver que la gente, los españoles, están en contra de estos “discursos rancios” y que no se quedó callada, como ha ocurrido en otros países de Europa cuando se han producido casos exactamente iguales, estos comentarios también se hicieron virales en las redes sociales.
jamj