Las autoridades estadunidenses creen que la explosión de este viernes en el centro de Nashville, Tennessee, Estados Unidos, pudo ser un acto suicida, informaron este sábado fuentes oficiales a las cadenas CNN, CBS News y ABC News.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) registró este sábado con una orden judicial una vivienda en el barrio de Antioch, en el sureste de la ciudad, con el objetivo de determinar si los aparentes restos humanos hallados en la zona de la explosión pertenecían a la persona que residía en esa casa, precisó ABC News.
Las autoridades han identificado a un posible sospechoso del ataque, Anthony Quinn Warner, un hombre blanco de 63 años, según fuentes oficiales consultadas por ABC y CBS.
La vivienda de Antioch y otras propiedades a las que acudieron las autoridades están relacionadas con Warner, aseguró ABC News, aunque todavía hay que esperar al análisis forense de los restos hallados en la zona de la explosión para averiguar si hay una conexión.
Según CBS News, Warner poseía una autocaravana similar a la que contenía la bomba que estalló este viernes en el centro de Nashville, donde dejó tres heridos leves y al menos 41 edificios dañados.
Las autoridades consultadas por esas cadenas de televisión subrayaron que todavía no han llegado a ninguna conclusión definitiva en la investigación que lidera el FBI, que indaga en más de 500 pistas relacionadas con el suceso.
"Estamos investigando a una serie de personas", se limitó a decir este sábado el agente especial del FBI encargado del caso, Doug Korneski, en una rueda de prensa.
Una de las pistas que siguen el FBI y el resto de agencias federales, estatales y locales implicadas en la pesquisa es, según la cadena CNN, la posibilidad de que el ataque tuviera como objetivo perturbar las telecomunicaciones en la zona.
La autocaravana estalló cuando estaba estacionada enfrente de un edificio de la empresa de telecomunicaciones AT&T, lo que provocó la interrupción del servicio de telefonía fija y celular de miles de personas en todo el estado de Tennessee, y en partes de los vecinos Kentucky y Alabama.
La explosión se produjo a las 06:30 hora local del día de Navidad, media hora después de que la policía respondiera a una llamada que alertaba de disparos en la zona del centro de Nashville.
Seis agentes de Policía se desplazaron al área y no vieron ninguna señal de un tiroteo al llegar, pero se dieron cuenta de que había un vehículo sospechoso que emitía una grabación que avisaba de que una bomba explotaría "en los próximos 15 minutos", por lo que se apresuraron a ir tocando puerta por puerta en todos los edificios para evacuar a los vecinos.
Sin indicios de segundo ataque
Las autoridades han pedido no acercarse al centro de Nashville, pero también quieren evitar que cunda el pánico en la ciudad, y este sábado subrayaron que no tienen indicios de que pueda haber más "amenazas de explosión" en la ciudad.
"Nashville está seguro", recalcó el jefe de la policía local, John Drake, en la rueda de prensa.
Algunos expertos advirtieron de que la investigación podría llevar semanas o incluso meses, ya que no solo es necesario encontrar a un culpable y determinar por qué planeó la explosión, sino también cómo se produjo el suceso y qué tipo de explosivo se utilizó.
Mientras, el gobernador de Tennessee, el republicano Bill Lee, envió una carta este sábado al presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, y le pidió que emita una declaración de emergencia con motivo de la explosión.
Esa declaración permitiría desbloquear fondos federales para reconstruir el centro de Nashville, y los "muchos edificios históricos" afectados por el suceso, según Lee.
"Los daños son chocantes y es un milagro que no muriera ningún residente" de la zona, escribió Lee en su cuenta de Twitter.
JLMR