Primera dama 'encargada' tras la jura de Juan Guaidó, advierte desde la clandestinidad obligada en la que vive de que a la oposición venezolana sólo le falta "el apoyo de las fuerzas armadas" para completar una transición política que cuenta con el "respaldo de la comunidad internacional y la gente de la calle".
Su marido la sigue llamando Chiqui, pero Fabiana Rosales es la nueva primera dama 'encargada' del país. Enseguida puntualiza: "Nada que ver con la primera combatiente revolucionaria", como se autodenomina Cilia Flores, la esposa de Nicolás Maduro.
Con sólo 26 años, esta periodista, activista política de Voluntad Popular e influencer en las redes sociales ha vivido en carne propia la suprema felicidad de la revolución. Su padre murió en 2013 tras sufrir un infarto que no pudo ser tratado en el hospital por falta de insumos.
Su hija Miranda nació en 2017, en los días de las protestas, cuando cayó asesinado en las calles de Caracas, Miguel Castillo, amigo de la pareja y sobrino de su médico. La policía política torturó el año pasado a otro amigo, Juan Requesens. Otros, compañeros de la lucha estudiantil, están exiliados y presos.
Rosales vive en parecida clandestinidad a la criolla de su marido, con máxima seguridad y jugando al despiste de los órganos revolucionarios, pero sin eludir unas responsabilidades que ya ha asumido con templanza y firmeza. Y lo hace desde un lugar privilegiado: la primera fila de la historia.
Desde ella confirma la serenidad de su marido, que tanto ha sorprendido al país: "Juan es como se le ve en la calle, jamás ha gritado en casa, nunca le he visto perder los cabales". Toda una virtud en el país de los gritos.
EM: ¿Qué sintió cuando su marido juró como presidente encargado de Venezuela?
Mucha euforia al ver a la gente tan feliz. Me sentí muy emocionada y a la vez con una gran responsabilidad. Hay que ponerse a la altura del reto.
EM: Desde el 5 de enero las piezas del puzle han ido encajando, una tras otra. ¿Cuáles faltan?
Aquí falta lo que hemos dicho todos los días: los militares. Tenemos todo lo demás: la comunidad internacional, la gente en la calle y los recursos que se van a repatriar para recuperar este país en poco tiempo, incluso el dinero para la ayuda humanitaria. Tenemos apoyo, incluso funcionarios del régimen que se han puesto a la orden. Sólo falta el apoyo de las Fuerzas Armadas. El mensaje es que se pongan al lado de la gente, del lado de la Constitución para defender a los venezolanos. Es el momento de hacer lo correcto, pero creo que están muy cerca de hacerlo.
EM: ¿Desde cuándo comparten vida y lucha política?
Nos conocemos desde hace casi siete años, como activistas de Voluntad Popular (VP). Yo empecé a militar cuando no era ni partido, estaba saliendo del colegio cuando se fundó VP. Me atraía mucho esa generación de jóvenes que estaban cogiendo las riendas de la política. La política me interesaba desde que me di cuenta de que estaban destruyendo mi país. Me di cuenta de que había llegado la hora de luchar. Decidí hacer algo por mi país.
EM: ¿Cómo se conocieron?
En la campaña de las primarias de la oposición, a finales de 2011. Juan era candidato a gobernador por Vargas y en las primarias ganó José Manuel Olivares (diputado de Primero Justicia, exiliado en Bogotá). Leopoldo López apoyó a Henrique Capriles y Juan se dedicó a trabajar para José Manuel (amigo de la pareja) y para Henrique. Me llamó mucho la atención, porque dejó su aspiración a un lado para trabajar muchísimo por la Unidad Democrática.
EM: Me ha citado a tres políticos que han estado entre cárceles, exilio y persecución. ¿No teme que le suceda lo mismo a su marido?
Con este régimen puede pasar cualquier cosa. No olvidemos a Fernando Albán, el concejal asesinado en la cara de todos los venezolanos. En este país se sabe que nos enfrentamos incluso a la muerte. Si te tienen que matar para sobrevivir, lo van a hacer. Uno sabe a lo que se enfrenta, por eso esta lucha es para cambiar todo eso.
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EM: Defínase ideológicamente.
Ni de izquierda ni de derecha. No quiero combatir contra nadie, el rencor y el odio construyeron este desastre. Mi ideología es el amor por mi país.
EM:¿Cómo se han adaptado a esta especie de clandestinidad?
No tengo miedo de salir y entrar, yo no estoy haciendo nada malo. Este país te pone emociones todos los días, aquí nadie se aburre. Si toca montar en la moto, lo hago; si toca salir a la carrera en carro, también. Trato de vivir con mucha fortaleza y aprovechando al máximo los días.
EM: El día 4, Juan Guaidó era un diputado, ahora le aclaman como presidente. ¿Cómo ha asumido él semejante cambio?
La vida le puso allí por algo y me puso a mí para acompañarlo por algo. Sus mayores virtudes son la fortaleza y la firmeza. Tiene más fe que todo el Vaticano junto.
EM: ¿Está preparado Juan Guaidó para ser presidente?
Juan está preparado para lo que sea, tiene mucha entereza. Él es un servidor público nato, nació para servir. Dejó muy joven un trabajo importante en una multinacional (es ingeniero) para dedicarse a la política, repartiendo 'volantes' al principio, buscando agua para los equipos. Yo estoy segura de que su vocación de servicio le va a llevar a hacer lo mejor para los demás.
EM: Ya hay quienes aseguran que sería el candidato ideal para unas futuras elecciones de una oposición donde hay muchos líderes y distintas ideas. ¿Cree que sería un buen presidente?
Estoy segura.
EM: ¿Lo quiere ser?
Él es un servidor público y los servidores públicos asumen cualquier cargo. Estoy segura de que daría el todo por el todo.
EM: ¿Cree que se atreverá el Gobierno a detener a Guaidó?
Ya lo han detenido dos veces y las dos veces estaba conmigo. Puede pasar en cualquier momento simplemente que alguien dé una orden y un funcionario que no esté apegado a la ley y a la Constitución la cumpla. Puede pasar cualquier cosa. Nos hemos preparado para cualquier escenario.
JOS