Luis Cassiano sube una escalera y coloca con cuidado pequeños manojos de plantas en un tejado de zinc de un barrio pobre de Río de Janeiro, en Brasil.
El activista medioambiental de 53 años está plantando "tejados verdes" para que crezcan encima de las casas de Río en un esfuerzo por bajar las sofocantes temperaturas del interior.
Una inusual ola de calor de finales de invierno en el centro de Brasil podría llevar las temperaturas a un récord estacional que, según los meteorólogos, podría alcanzar los 40-45 Celsius en las principales ciudades en los próximos días.
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"El proyecto nació de una necesidad. Como sudo mucho, necesitaba encontrar una solución", explica Cassiano, que coordina la iniciativa.
Las casas de las favelas brasileñas suelen estar muy juntas y los tejados son de chatarra.
Los tejados verdes absorben el calor y actúan como aislantes de los edificios, reduciendo la energía necesaria para proporcionar refrigeración y calefacción, según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos.
"El mayor beneficio es que baja la temperatura, pero también deja las casas más bonitas y atrae a pájaros y mariposas", explica Cassiano.
El activista ha seleccionado especies de plantas como la trepadora tradescantia zebrina y suculentas que retienen el agua para evitar que pesen o dañen los edificios. Para soportar el calor, las plantas deben ser rupícolas.
Cassiano espera que más gente adopte la idea de los tejados verdes en las comunidades brasileñas, un concepto que, según él, no es sólo para casas de lujo o centros comerciales.
"La gente que vive aquí (la favela) suele optar por las opciones más rápidas, como ventiladores o aire acondicionado, pero podemos crear plantas en nuestro hábitat.
"No podemos poner árboles en la favela porque no hay más espacio, pero tenemos mucho espacio encima de las casas que puede servir para plantar", añade.
aag