Felipe VI cumple diez años de reinado y su prioridad sigue siendo recuperar el prestigio de la Corona que su padre, Juan Carlos de Borbón, dejó maltrecha tras su abdicación por diversos escándalos judiciales y personales. La monarquía española es cada vez más cuestionada por varios sectores y partidos políticos que afirman que no sirve para nada.
El 2 de junio de 2014, el entonces presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, sorprendió con una noticia que nadie se esperaba: el Rey Juan Carlos I había tomado la decisión de abdicar la Corona en el Príncipe Felipe. Así, tras casi cuatro décadas en el trono, desde su proclamación como jefe de Estado el 22 de noviembre de 1975, el Rey Juan Carlos ponía fin a su reinado y abría un proceso de sucesión para el relevo frente a la Corona, llevando así a cabo su propósito de ser el primero en efectuar el relevo generacional.
Tras ello, el 18 de junio de ese mismo año, el monarca puso fin a sus 39 años de reinado, con la sanción y promulgación de la ley orgánica de abdicación aprobada por las Cortes Generales en una solemne ceremonia en el Palacio Real que contó con la presencia del presidente del Gobierno, el Ejecutivo al completo, los entonces Príncipes de Asturias y otros miembros de la Familia Real y autoridades políticas.
Un día después, el 19 de junio, se hizo oficial el acto de relevo en la jefatura del Estado tras la proclamación de Felipe VI como nuevo Rey de España.
La monarquía en España es Parlamentaria, es decir, el rey es el jefe del Estado, pero sus actos son refrendados por el presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes, los cuales se responsabilizan de dichos actos.
Los diez años de Felipe al frente de la Corona han estado marcado por los equilibrios del monarca para intentar que las polémicas no mermen el prestigio de la institución. Sobre todo tras la huida de su padre a Emiratos Árabes, por sus problemas con Hacienda, sus líos personales con su examante Corinna Larsen y el supuesto cobro de comisiones en negocios.
Ante todo esto, y más, Felipe VI ha tenido que surfear las crisis instituciones a las que se sumaban las sociales y familiares, muchas de ellas sin precedentes, y todos sin involucrarlo a él directamente. Una década que ha estado marcada por la inestabilidad política en el país y la polarización, sobre todo por el desafío independentista en Cataluña.
Una década de trabajo que también se resume en cifras. Desde 2014, los reyes han llevado a cabo 3 mil 984 actividades, siendo 2022 el año de mayor intensidad en la agenda de Felipe VI y Letizia. Han realizado 161 viajes y el país más visitado ha sido Francia. Y en todos estos años se calcula que han recibido a más de 25 mil personas.
Más transparencia y cercanía
Desde su proclamación, ha trabajado para acercar a la ciudadanía la imagen de la monarquía, dando importancia sobre todo a la transparencia de la institución. En su primer año, auditó las cuentas de la Corona y revocó el Ducado de Palma a su hermana, la infanta Cristina, por su implicación en el caso de corrupción Nóos. Decisiones familiares con las que ha pretendido marcar su línea de ejemplaridad.
La regeneración de la Corona no ha sido el único desafío durante su reinado. Desde enero de 2016, tras las elecciones generales del mes anterior, en 10 años el monarca ha sido testigo de diez rondas de consultas en la Zarzuela. Las mismas que convocó Juan Carlos I en casi 40 años. A ello se suma la moción de censura de Pedro Sánchez contra el expresidente Mariano Rajoy en junio de 2018, y el bloqueo, todavía existente, de la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
Además, en el 2017 se celebró el referéndum ilegal del 1-O en Cataluña, contra el que pronunció un duro discurso reafirmando la unidad de España, condenando la “deslealtad inadmisible” de la Generalitat de Cataluña. “Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de derecho", sentenció el 3 de octubre de ese año, en un mensaje dirigido a la nación.
Los atentados terroristas en las ramblas de Barcelona y Cambrils también marcaron el año 2017. Pero fue en 2020 cuando el rey vivió una de las situaciones más inéditas. Durante el estado de alarma, por la pandemia de Covid-19, se dirigió a la ciudadanía en un mensaje excepcional, alentando al esfuerzo colectivo. “Todos vamos a dar ejemplo”, afirmaba unos días después de decretarse el confinamiento de la población.
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“España saldrá adelante”, pronunció en el patio de armas del Palacio Real, presidiendo el funeral de Estado que se realizó en julio de ese mismo año. Y emprendió con la reina Letizia una gira por todas las comunidades autónomas para insuflar ánimos ante el desplome de la economía y los miles de muertos. Como también hicieron desplazándose en varias ocasiones hasta La Palma, tras el estallido del volcán en septiembre de 2021.
La proclamación de Felipe VI también abrió un nuevo camino en la línea sucesoria. Su hija Leonor poco a poco se reafirma como princesa heredera en diversos actos. Nadie sabe si Leonor llegará a reinar.
“No vamos a tener una democracia plena hasta que no seamos una república”, declaró la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, y lamentó que “la excepción genética” conlleve unos privilegios y el hecho de que miembros de la familia real estén por encima de la ley.
Para la líder de Podemos la Casa Real “representa la corrupción, representa estar por encima de los demás, únicamente por los privilegios”, aunque hizo un punto y aparte para elogiar la formación y la preparación de la princesa Leonor, a la que recomendó que se presente a unas elecciones.