Felipe VI de España renunció a la herencia de su padre Juan Carlos de Borbón “que personalmente le pudiera corresponder”, según lo dio a conocer este domingo el Palacio de la Zarzuela en un comunicado en el que también adelantó que el monarca emérito deja de percibir la asignación que tiene fijada en los Presupuestos de la Casa de Su Majestad el Rey.
El anuncio llega después de que el diario inglés The Telegraph reveló el sábado que Felipe VI aparece como segundo beneficiario de la fundación offshore titular de una cuenta bancaria, donde se ingresó la supuesta donación de 65 millones de euros (100 millones de dólares) de Arabia Saudita a Juan Carlos I.
De acuerdo a la versión, la “donación” se depositó en la cuenta abierta en el banco Mirabaud, a nombre de la Fundación Lucum, para que Juan Carlos mediara en la contratación del Tren de Alta Velocidad (AVE) a La Meca.
La segunda cuenta, Zagatka, fue utilizada presuntamente por el primo del rey emérito, Álvaro de Orleans-Borbón, para pagarle los viajes privados. Felipe VI aparece como beneficiario en ambas.
Respecto a Zagatka, la Casa Real subrayó que Felipe VI desconocía hasta ahora su supuesta designación como beneficiario.
“Su Majestad el Rey quiere que sea conocido públicamente que S.M. el Rey Don Juan Carlos tiene conocimiento de su decisión de renunciar a la herencia de Don Juan Carlos que personalmente le pudiera corresponder, así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad o con los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben informar la actividad de la Corona”, señaló el comunicado.
Respecto a Lucum, mismo escrito apuntó que Felipe VI tiene conocimiento de ser beneficiario desde, al menos, un año.
Según la cronología expuesta por Casa Real, Felipe VI recibió una carta el 5 de marzo de 2019 de parte de una firma de abogados británica, Kobre&Kim, en la que se le informó de su designación como beneficiario de la “Fundación Lucum”, después de que rey emérito muriera.
El 21 de marzo, el rey respondió al citado despacho de abogados que “ni Su Majestad ni Su Casa tenían conocimiento, participación o responsabilidad alguna en los presuntos hechos que mencionaba, —por lo que carecía de toda justificación lícita su involucración en los mismos—, ni designaría representante legal para iniciar negociación alguna con el citado despacho de Abogados sobre los hechos descritos”.
El 12 de abril, Felipe VI compareció ante notario para manifestar que había mandado “una carta a su padre, el rey don Juan Carlos, a fin de que, si fuera cierta su designación o la de la Princesa de Asturias como beneficiarios de la citada Fundación Lucum, dejara sin efecto tal designación”.
Hace 15 días el periódico británico The Telegraph reveló que el primo y testaferro del entonces rey Juan Carlos, Álvaro de Orleans, cobró 39 millones de libras —50 millones de euros— por ejercer como mediador en la venta del Banco Zaragozano a Barclays en 2003.
Posteriormente, el periódico suizo Tribune de Gèneve informó la existencia de una nueva cuenta, hasta ahora desconocida, en la banca privada Mirabaud de Ginebra, por la cual el padre de Felipe VI habría recibido, el 8 de agosto de 2008, unos 100 millones de dólares del entonces rey de Arabia Saudí, Abdallah bin Abdulaziz.