Estados Unidos y Filipinas anunciaron el jueves sus planes de ampliar la presencia militar estadounidense en la nación del sureste asiático, con acceso a cuatro bases más, dentro de sus esfuerzos por frenar las acciones cada vez más agresivas de China hacia Taiwán y en el disputado Mar de China Meridional.
El acuerdo se alcanzó durante una visita del secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin.
Los dos países indicaron en un comunicado conjunto que se habían hecho progresos “considerables” en proyectos en cinco recintos militares filipinos a los que las fuerzas estadounidenses ya habían tenido acceso dentro del Acuerdo de Cooperación de Defensa Mejorada (EDCA, por sus siglas en inglés). La construcción de instalaciones estadounidenses se inició hace años, pero ha chocado con problemas locales no identificados.
Austin dio las gracias al presidente, Ferdinand Marcos Jr., con el que se reunió brevemente en Manila, por permitir que el ejército estadunidense ampliara su presencia en Filipinas.
En una conferencia de prensa más tarde con su homólogo filipino, Carlito Galvez Jr., Austin reiteró el apoyo de Estados Unidos y dijo que el Tratado de Defensa Mutua de 1951, que obliga a los dos países a defenderse entre sí en conflictos importantes, “se aplica a ataques armados sobre cualquiera de nuestras fuerzas armadas, aeronaves o embarcaciones públicas en cualquier lugar del Mar de China Meridional”.
“Hablamos de acciones concretas para abordar las actividades desestabilizadoras en las aguas”, dijo Austin sin entrar en detalles. “Esto forma parte de nuestro esfuerzo por modernizar nuestra alianza, y estos esfuerzos son especialmente importantes conforme la República Popular de China sigue avanzando en sus reclamaciones ilegítimas".
Austin y Galvez declinaron dar más detalles sobre el acuerdo. El responsable estadunidense de Defensa dijo que no implicaba la reinstauración de bases estadunidenses permanentes, aunque señaló que es “algo importante”.
Galvez dijo que aún hacían falta más consultas, también con funcionarios locales en las provincias donde se instalarían fuerzas estadunidenses de visita en complejos militares filipinos.
China reclama la isla autogobernada de Taiwán como parte de su territorio, para tomar por la fuerza en caso de necesidad. Beijing ha enviado aviones bombarderos, cazas y aeronaves de apoyo al espacio aéreo cerca de Taiwán casi a diario, lo que agrava las preocupaciones de un posible bloqueo o acciones militares.
Funcionarios militares y de defensa filipinos dijeron en noviembre que Estados Unidos había pedido acceso a cinco bases más, la mayoría en la región norteña filipina de Luzon.
Dos de los campamentos adicionales a los que Estados Unidos quería acceder se encuentran en la provincia de Cagayan, cerca del extremo norte de la isla de Luzon, al otro lado de una frontera marítima con Taiwán, el Estrecho de Taiwán y el sur de China. Otras bases que podrían acoger a fuerzas estadounidenses se encuentran en la costa occidental, como las provincias de Palawan y Zambales, que dan al disputado Mar de China Meridional.
China y Filipinas, junto con Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán, se han visto inmersos en disputas territoriales cada vez más tensas por el transitado y rico en recursos Mar de China Meridional. Washington no tiene reclamaciones sobre esas aguas estratégicas, pero ha desplegado sus buques de guerra y aeronaves de combate y vigilancia para patrullas que, afirma, defienden la libertad de navegación y el estado de Derecho, pero que han indignado a Beijing.
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