El huracán Florence ha ocasionado graves inundaciones y ha dejado a más de 650 mil hogares al sureste de Estados Unidos sin luz, 550 mil de ellos en Carolina del Norte, por lo que supondrá una "amenaza importante" por al menos otro día, según las autoridades.
"La tormenta está causando estragos", dijo el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, al señalar que medio millón de personas están sin electricidad en el estado, que tiene una población de 10 millones, y que el nivel de los ríos "se elevará durante días".
Cooper advirtió que el huracán podría incluso borrar del mapa a comunidades enteras a medida que "tarda días en su avance violento sobre nuestro estado". Calificó el suceso como algo que ocurre una vez cada mil años.
"El huracán Florence es potente, lento y despiadado", afirmó. "Es un monstruo al que nadie invitó y que no quiere irse".
[Video del rescate de unos vecinos, por parte de un grupo de voluntarios, en New Bern, Carolina del Norte].
'Florence': una amenaza importante
El Centro Nacional de Huracanes apuntó que "las marejadas y las ráfagas de viento continúan (con) inundaciones catastróficas esperadas en partes de Carolina del Norte y del Sur".
"Esto no es el final", advirtió Jeff Byard, de la Agencia federal para el manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) después de que Florence tocó tierra a las 07.15 hora local, en Wrightsville Beach, Carolina del Norte.
"Una amenaza importante persistirá durante las próximas 24 a 36 horas", dijo.
Según los pronósticos, Florence se moverá lentamente, arrojando copiosas cantidades de lluvia sobre Carolina del Norte y del Sur, de hasta un metro en algunos lugares.
Se espera que entre viernes y sábado el ojo de la tormenta siga dirigiéndose tierra adentro sobre las Carolinas para luego enfilar al norte hacia las montañas de los Apalaches a principios de la próxima semana.
Según datos de la firma FlightAware, el huracán ya provocó la cancelación de más de 2 mil 100 vuelos en Estados Unidos.
Florence tocó tierra a las 07.15 hora local en Wrightsville Beach, en Carolina del Norte. Aunque su furia es menor a la esperada para un huracán que llegó a ser hace dos días de categoría de 4 y generar vientos de 225 kilómetros por hora, el peligro radica principalmente en las inundaciones, tanto de agua dulce como salada.
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