Las protestas agrarias por bajos salarios y otras reclamaciones se vieron golpeadas por la tragedia cuando una mujer murió y su esposo y su hija resultaron heridos en una colisión de tráfico en una barricada de protesta, según las autoridades francesas.
Un auto embistió los fardos de paja que habían colocado los manifestantes a través de un camino y golpeó a las tres personas antes de estrellarse contra el remolque de un tractor, indicó en un comunicado el fiscal Olivier Mouysset.
El choque letal en el suroeste de Francia daba un giro dramático al creciente movimiento de protesta entre los agricultores franceses, que piden una remuneración más alta y denuncian lo que consideran una regulación excesiva, costes crecientes y otros problemas.
La mujer atropellada y fallecida en la región de Ariège, en el suroeste de Francia, era agricultora, informó el primer ministro Gabriel Attal.
“Todos nuestros agricultores están de luto. Nuestra nación está conmocionada”, dijo.
En el auto viajaban tres personas cuando chocó contra la barricada de paja en Ariège, en Pamiers, según el comunicado del fiscal.
La mujer fallecida en la colisión antes del amanecer estaba en la treintena, señaló el comunicado. Su marido, en la cuarentena, sufrió heridas graves y estaba hospitalizado, mientras que el “preocupante” estado de su hija de 14 años requirió una evacuación en helicóptero para que recibiera cuidados en un hospital, anunció el fiscal, que no dio más detalles sobre sus lesiones.
La colisión no parecía ser deliberada, indicó el comunicado. La policía detuvo a los tres ocupantes del vehículo para interrogarlos.
Las protestas han ido ganando intensidad las últimas semanas con cortes de tráfico, residuos orgánicos apestosos volcados ante oficinas del gobierno y otras acciones. Los agricultores también han colocado boca abajo señales de tráfico en protesta por lo que consideran políticas agrícolas sin sentido.
Francia es una de las potencias agrícolas europeas, con influyentes grupos de presión pero también un profundo descontento entre los agricultores, que dicen que tienen problemas para llegar a fin de mes pese a trabajar largas jornadas para alimentar al país y aumentar sus exportaciones con sus productos.
El gobierno del presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha tratado de abordar las preocupaciones de los agricultores antes de que sus reclamaciones deriven en un movimiento más amplio como las protestas de los chalecos amarillos de 2019 contra la injusticia económica, que mermaron la popularidad de Macron e incluyeron choques violentos frecuentes entre manifestantes y policía antimotines.
El primer ministro, Gabriel Attal, recién nombrado por Macron en una reestructuración del gobierno este mes, escribió el martes en redes sociales que “ser un agricultor supone trabajar sin descanso. Es trabajar para nosotros, los franceses. Estamos y seguiremos a su lado”.
SNGZ