El suicidio de Lucas, un adolescente gay de 13 años, conmocionó Francia, donde la justicia abrió una investigación sobre el presunto acoso escolar denunciado por su familia.
"Este menor no tendría que haber muerto (...) La justicia debe esclarecer las circunstancias homófobas de este drama", dijo este viernes a la radio France Inter el embajador francés para los derechos LGTB+, Jean-Marc Berthon.
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Lucas se suicidió el sábado en Golbey (noreste). Aunque la familia nunca denunció ante la justicia el acoso que habría sufrido en su centro escolar, sí lo señaló a las autoridades educativas.
La justicia abrió una investigación para esclarecer los presuntos "hechos de acoso cometidos por alumnos de su centro, a causa de su homosexualidad, desde hace meses", según la fiscalía de Épinal.
Lucas y su madre "informaron de burlas al inicio del curso en septiembre", que el centro de secundaria Louis-Armand se tomó "en serio", manteniéndose "vigilante diariamente", dijo el rectorado local.
Tras conocerse su muerte, las autoridades pusieron en marcha una atención psicológica para alumnos y profesores del centro, como parte de un dispositivo de "lucha contra el acoso", recordó esta fuente.
El ministro de Educación, Pap Ndiaye, expresó su "determinación a impedir cualquier forma de acoso". "Ningún niño debe encontrar el suicidio como última salida", tuiteó.
La abogada de la familia, Catherine Faivre, dijo a la AFP que, antes de estudiar la posibilidad de presentar una denuncia, sus padres "quieren enterrar a su hijo en paz".
El funeral está previsto en la ciudad de Épinal el sábado. La organización Stop Homophobie indicó que sus padres pidieron que los asistentes luzcan símbolos LGBTI en muestra de solidaridad.