Altos funcionarios del gobierno de Rusia autorizaron la interferencia en las recientes elecciones de Estados Unidos, apuntaron jefes de la inteligencia estadunidense en un testimonio escrito al Senado.
"Hemos llegado a la conclusión de que únicamente los más altos dirigentes rusos pudieron autorizar el reciente robo y divulgación de datos relacionados con las elecciones", dijeron los jefes de inteligencia.
TE RECOMENDAMOS: ¿Por qué EU no tenía defensa contra hackers?: Trump
El documento lleva la firma del director de Inteligencia Nacional, James Clapper, el subsecretario de Defensa para Asuntos de Inteligencia, Marcel Lettre, y el jefe del Comando de Ciberseguridad, el almirante Michael Rogers.
Los tres testifican ante la Comisión de Servicios Armados del Senado sobre el hackeo de correos del Comité Nacional del partido Demócrata y del jefe de campaña de Hillary Clinton, John Podesta, durante las elecciones.
En su testimonio, Clapper puntualizó que Rusia "no cambió ningún conteo de votos o algo por el estilo", y apuntó que "no hay forma de medir el impacto" que la divulgación de los correos electrónicos haya podido tener en "las decisiones de los electores". Además, adelantó que la semana próxima se publicará un documento con información desclasificada al respecto.
Cuestionado sobre si la interferencia cibernética en el período electoral podía ser considerado un 'acto de guerra', Clapper dijo que ello constituye "una pesada decisión política", pero añadió que en su visión fue una iniciativa de "gran gravedad".
De acuerdo con Clapper, se trató de una "campaña polifacética" en la que el pirateo informático fue "solamente una parte, ya que también incluía propaganda clásica, desinformación y noticias falsas".
El testimonio conjunto por escrito de los tres jefes de inteligencia apuntó también que China mantiene sus ataques cibernéticos contra "el gobierno de Estados Unidos, sus aliados y contra empresas estadunidenses".
TE RECOMENDAMOS: Dos grupos atacaron durante la elección de EU: Inteligencia
Las relaciones entre Washington y Pekín se habían tornado sumamente tirantes en 2014 a raíz de las denuncias estadounidenses por ataques y pirateo informático chino.
En septiembre de 2015 los presidentes Barack Obama y Xi Jinping anunciaron un acuerdo de cooperación para enfrentar los ataques cibernéticos.
AFC