Los líderes de las democracias más poderosas del mundo se reunían el viernes para debatir nuevas formas de castigar a Rusia por su invasión de Ucrania, que comenzó hace 15 meses, antes de que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, asista en persona en la cumbre del Grupo de los Siete el domingo.
Zelensky realizará en su viaje más largo desde el inicio de la guerra que ha devastado su país, mientras los líderes del G7 se disponen a presentar nuevas sanciones contra Moscú por su operación militar en el país vecino. Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, confirmó en la televisora nacional la presencia del mandatario en la cumbre de Hiroshima, Japón.
“Estábamos seguros de que nuestro presidente estaría dónde Ucrania lo necesitase, en cualquier parte del mundo, para solucionar la cuestión de la estabilidad de nuestro país”, indicó Danilov. “Allí se decidirán asuntos importantes, así que la presencia física es crucial para defender nuestros intereses”.
Las amenazas nucleares del presidente de Rusia, Vladímir Putin, a Ucrania, además de las numerosas pruebas de misiles realizadas por Corea del Norte en los últimos meses y de la rápida expansión del arsenal nuclear de China chocan con el intento de Japón de situar el desarme nuclear en el centro de la agenda. Los líderes visitaron el viernes un parque de la paz dedicado a las decenas de miles de personas que fallecieron por la primera explosión de una bomba atómica en tiempos de guerra.
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, dijo que invitó al mandatario ucraniano a la cumbre durante su visita a Kiev en marzo.
También está previsto que Zelensky participe virtualmente en la reunión que mantendrán los líderes el viernes, en la que recibirán información actualizada de la situación en el campo de batalla y acordarán redoblar sus esfuerzos para limitar la capacidad bélica de Moscú.
Luego de las fotos de grupo junto a la icónica cúpula destrozada por la bomba, de depositar coronas de flores y de la plantación simbólica de un árbol, se presentará una nueva ronda de sanciones contra Moscú centrada en redoblar los esfuerzos para hacer cumplir las ya existentes, pensadas para mermar los esfuerzos bélicos del Kremlin y exigir responsabilidades a los responsables, indicó un funcionario estadounidense. Rusia es el país más sancionado del mundo, pero la eficacia de las penalizaciones económicas plantea dudas.
El funcionario estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, apuntó que Washington pondrá en su lista negra a unas 70 entidades rusas y de terceros países vinculadas a la producción rusa de defensa y sancionará a más de 300 personas, entidades, aviones y buques.
Los demás miembros del G7 adoptarán medidas similares para aislar más a Rusia y limitar su capacidad de combatir en Ucrania, agregó. Los detalles se irán conociendo a lo largo del fin de semana.
La Unión Europea estaba enfocada en impedir los vacíos legales y en los planes para restringir el comercio de diamantes rusos, dijo Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, a reporteros el viernes.
El G7 tratará además de transmitir a los líderes de los países invitados a la cumbre la importancia de aplicar las sanciones, agregó.
Desde el inicio de la guerra, Estados Unidos congeló los fondos del Banco Central de Rusia, restringió el acceso de sus entidades financieras a SWIFT — el sistema dominante para transacciones financieras internacionales — y sancionó a miles de empresas, funcionarios gubernamentales y a oligarcas y a sus familias.
El Grupo de los Siete impuso colectivamente el año pasado un límite de 60 dólares por barril para el petróleo y el diésel rusos, una medida que el Departamento de Estado estadounidense defendió el jueves en un nuevo reporte de situación, que sostiene que la medida limitó los ingresos rusos por crudo. El departamento citó datos del Ministerio de Finanzas ruso que muestran que los ingresos del Kremlin derivados del petroleo bajaron entre enero y marzo de este año más de un 40% con respecto al mismo periodo de 2022.
El impacto económico de las sanciones depende en gran medida de la capacidad del país afectado para esquivarlas, de acuerdo con un informe reciente del Servicio de Investigación del Congreso. Por ello, en el último mes, funcionarios del Tesoro estadounidense han viajado por Europa y Asia Central para presionar a las naciones que aún mantienen una relación comercial con el Kremlin para que dejen de hacerlo.
Se espera además que los líderes del G7 y de los países invitados discutan cómo hacer frente a la creciente agresividad y despliegue militar de China, a medida que aumenta la preocupación porque pueda tratar de tomar Taiwán por la fuerza, lo que provocaría un conflicto mayor. Beijing reclama la isla autogobernada como parte de su territorio y realiza frecuentes patrullas marítimas y aéreas en sus inmediaciones.
Hiroshima estaba blindada por fuertes medidas de seguridad, con miles de policías desplegados por las calles de la ciudad. Un pequeño grupo de manifestantes se vio superado considerablemente en número por las autoridades durante una protesta el miércoles en la noche junto al Monumento de la Paz, en la que mostraron con carteles con lemas como ”¡No a la cumbre imperialista del G7!”.
En una especie de duelo diplomático, el presidente de China, Xi Jinping, recibió a los líderes de las naciones centroasiáticas de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán para una cumbre de dos días en la ciudad china de Xi’an.
El G7 está formado por Japón, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Canadá e Italia, además de por la Unión Europea. Entre los invitados a la cumbre están los mandatarios de Australia, Brasil, India, Indonesia y Corea del Sur.
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