Gdansk recuerda el comienzo de la Segunda Guerra Mundial

La aldea

El acto para recordar la agresión nazi fue realizado desde el Memorial de Westerplatte. Reuters
Jorge Valdés López
enviado, Gdansk /

El sonido de las sirenas volvió a retumbar justo a las 4:45 de la mañana del domingo en la península de Westerplatte; el intenso ulular rompió durante 60 segundos el silencio absoluto en el lugar donde hace 80 años dio comienzo la Segunda Guerra Mundial con el primer cañonazo del buque escuela alemán Schleswig-Holstein contra el cuartel y el depósito del ejército polaco que se encontraba asentado en este sitio.

El estremecedor momento marcó el inicio de la ceremonia conmemorativa organizada por las autoridades de la ciudad de Gdansk al pie del Monumento a los Defensores Caídos, para honrar la memoria y valentía de quienes lucharon y ofrendaron su vida en la defensa del lugar y de la soberanía polaca hace ocho décadas, en la desigual batalla contra la poderosa maquinaria de guerra nazi.

Fue la alcaldesa de Gdansk, Aleksandra Dulkiewicz, la primera en rendir tributo a los soldados que durante siete días defendieron la península “con un profundo sentido de honor y deber”; en su discurso, y en medio de la disputa que mantiene con el gobierno del presidente polaco, Andrzej Duda, por la construcción de un museo-memorial en el sitio, la edil enfatizó que su gobierno se encuentra “del lado de la memoria que sirve para construir la comunidad nacional, la unidad de Europa, una comunidad que fortalece la democracia y la libertad”.

“Por eso apelamos desde Westerplatte: Solidaridad y reconciliación, respeto mutuo y tolerancia. Paz, no guerra. No más guerra, porque cada guerra causa estragos y cada guerra mata”, expresó Dulkiewicz ante la presencia del primer ministro, Mateusz Morawiecki –quien acudió en representación del presidente Duda–, del secretario de Estado, Paweł Mucha; del vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, y de representantes de 24 ciudades extranjeras afectadas por la Segunda Guerra Mundial, entre los que destacó el alcalde de Londres, Sadiq Khan.

En tanto, el secretario de Estado, Paweł Mucha, leyó una carta enviada por el presidente Duda, en la que destacó que en Westerplatte debe fluir continuamente el mensaje de recuerdo y advertencia, la paz y la reconciliación europea.

En el texto, añadió que Westerplatte es –y siempre será– uno de los principales sitios conmemorativos y símbolos de la guerra más terrible en la historia de la humanidad.

A su vez, el primer ministro Morawiecki, quien al ser presentado fue abucheado por una parte de los cientos de asistentes a la ceremonia, señaló que Polonia debe recibir una compensación por las pérdidas materiales infligidas por los alemanes durante el conflicto bélico.

Al término de la conmemoración oficial, el premier Morawiecki encabezó, en una ceremonia más privada, la colocación simbólica de la primera piedra de lo que será el museo de Westerplatte. 

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