Generación Z va al Congreso

Maxwell Frost, un afrocubano de Florida, es el primer integrante de esa oleada juvenil en ganar un sitio en la Cámara de Representantes

El candidato demócrata será diputado a los 25 años. ESPECIAL
Agencias
Ciudad de México /

El demócrata Maxwell Alejandro Frost ha derrotado al republicano Calvin Wimbish en la contienda por un escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos en el estado de Florida y se convierte en el primer miembro de la Generación Z en conseguir un puesto en el Congreso.

Frost, un activista de 25 años de edad que busca una reforma de armas y justicia social, se postuló en un distrito del área metropolitana de Orlando mayormente demócrata que había sido abandonado por el representante de ese partido, Val Demings, quien desafió al senador republicano Marco Rubio este año.

Frost, uno de los organizadores de la protesta March For Our Lives, quiere impulsar leyes de control de armas más estrictas y ha dejado clara su oposición a las restricciones a los derechos al aborto.

La Generación Z abarca a las personas que nacieron entre la década de 1990 y principios de 2010. Para convertirse en miembro del Congreso, los candidatos deben tener por lo menos 25 años de edad.

Wimbish, de 72 años, ex boina verde, se describió como un candidato “cristiano, conservador y constitucionalista”.

“A cambiar el sistema”

Maxwell Alejandro Frost es un afrocubano amante de la salsa, del mundo caribeño que su madre y su abuelas adoptivas le trasmitieron y busca un relevo generacional incluso más allá de los otrora jóvenes millennials: “Me postulo para el Congreso porque sé que no cambiará el sistema hasta que cambiemos nuestro liderazgo”.

Tampoco esconde sus orígenes de estrechez económica lejos de las élites políticas y siempre que puede deja patente el orgullo que siente por su madre y abuela que llegaron a Estados Unidos desde una Cuba cada vez más opresiva a finales de los sesentas del siglo pasado.

De su madre biológica apenas sabe que lo dio en adopción y que, de acuerdo con el diario Orlando Sentinel, estaba “atrapada en un ciclo de drogas, crimen y violencia”.

Por generación y convicción, Frost se asume como progresista: control de las armas de fuego, protección al medio ambiente y la libertad de la mujer en su derecho a exigir y decidir; fin de la estigmatización de la comunidad LGBT+ y del maltrato y falta de oportunidades a grupos que el racismo y la extrema derecha estadunidense busca limitar.

Frost nació en enero de 1997 y ya era un fuerte contendiente para el Congreso estadunidense desde hace varias semanas. Pertenece a esa generación de millennials que, hasta ahora, por la edad, no ha accedido al Capitolio. Es próximo a la Unión Estadunidense de Libertades Civiles (UCLA) y el movimiento March for Our Lives, con los que ha trabajado.


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