¿Quién paga el prestigioso abogado del cardenal Pell?

Un arzobispo australiano asegura que ningún órgano de la Iglesia Católica financia los costozos horonarios del abogado de George Pell, acusado de pederastia.

El jefe del equipo de defensa de George Pell desde marzo de 2018 es Robert Richter, uno de los abogados más conocidos del país. Reuters
AFP
SÍDNEY /

Hace un año que el cardenal George Pell, condenado por pederastia y encarcelado este miércoles, tiene como abogado a uno de los más prestigiosos y caros de Australia. Un lujo posible gracias a la generosidad de donantes anónimos.

Fue arzobispo de Melbourne y después de Sídney y hace poco todavía era el secretario de Economía de la Santa Sede, o sea el número tres en la jerarquía del Vaticano.

Las autoridades eclesiásticas son categóricas: la institución no ha desembolsado un céntimo para los honorarios del abogado del prelado, de 77 años, que pasará este miércoles su primera noche entre rejas tras ser condenado por pederastia.

​Una corte lo declaró culpable el 11 de diciembre de una violación y de cuatro cargos de atentado al pudor contra dos monaguillos de entonces 12 y 13 años, en 1996 y 1997, en la sacristía de la catedral de Melbourne. Por motivos legales el veredicto no se anunció hasta este martes. Él clama su inocencia y recurrirá la sentencia.

El arzobispo australiano Peter Comensoli asegura que ni su arquidiócesis (dirigida por monseñor Pell en el momento de los hechos) ni "ningún otro órgano de la Iglesia" financia su defensa.

"Me imagino que es muy caro, pero tengo entendido que proviene de fuentes privadas", declaró monseñor Comensoli a la cadena pública australiana ABC.

El jefe del equipo de defensa de George Pell desde marzo de 2018 es Robert Richter, uno de los abogados más conocidos del país.

Fuentes judiciales cercanas al gabinete de Richter afirman que pide unos 10 mil 800 dólares por día y que suele trabajar con dos o tres abogados asociados que cobran cada uno más de 5 mil dólares australianos diarios.

El equipo trabajó durante las dos semanas de vistas preliminares, durante la preparación del juicio y en el primer proceso judicial de septiembre en el que el jurado no se puso de acuerdo sobre un veredicto.

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Se ordenó entonces un nuevo juicio en el que fue defendido por los mismos abogados hasta la sentencia del 11 de diciembre. Ese día el cardenal fue declarado culpable de un cargo de penetración sexual y de otros cuatro de atentado al pudor.

Los abogados volverán a representar a Pell en el juicio en apelación, un proceso que podría llevar meses.

Varios juristas estiman que los honorarios de sus abogados superarán probablemente los tres millones de dólares australianos.

Poco después de que la policía del estado de Victoria lo inculpara en junio de 2017 sus partidarios crearon un fondo para recabar donativos.

Un fondo que contó con el apoyo del Instituto para los Asuntos Públicos, un think tank conservador. El Catholic Weekly, un semanario publicado por la arquidiócesis de Sídney multiplicó las peticiones de donativos, que fueron anónimos.

El ex arzobispo defendía posturas ultraconservadoras sobre varios temas, como su rechazo al matrimonio entre personas del mismo sexo. Y cuenta desde hace mucho tiempo con el apoyo de personalidades, como los ex primeros ministros John Howard o Tony Abbott, y de editorialistas conservadores.

Entre los diez testimonios recabados por los abogados de Pell para defender la moralidad del ex arzobispo figuraba el de Howard, quien dirigió el gobierno australiano de 1996 a 2007.

jos

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