Hoy fue liberada la última de 14 mujeres migrantes que denunciaron que fueron víctimas de abusos obstétricos, intervenciones sin su consentimiento y malas prácticas médicas mientras estaban en el Centro de Detención de Irwin, en Ocilla, Georgia. Así lo confirmó la directora del Project South de Georgia, la primera organización en reportar esta situación.
Las demás migrantes salieron libres en el transcurso de las últimas semanas, aunque algunas ya habían sido deportadas a su país de origen. Ahora se buscará que el centro, operado por la empresa privada LaSalle, sea cerrado definitivamente y se compense a las mujeres por los abusos.
El 23 de diciembre pasado, presentaron un par de demandas colectivas. La primera contra el Departamento de Seguridad Interna, la Oficina en Atlanta del Servicio de Migración y Aduanas y el Centro de Detención de Georgia.
Y la segunda fue ante el Consejo Médico de Georgia para que se revocara la licencia médica del ginecólogo Mahendra Amin, quien habría sido responsable de estos abusos y a quien conocían como el “coleccionista de úteros”, según el primer reporte de este caso.
Entre las demandantes hay seis mujeres mexicanas, de quienes conocemos los nombres de Yanira Oldaker, de 36 años, Jaromy Floriano, de 28, y Ana Adán, de 25 años.
A mediados de diciembre la historia se dio a conocer a los medios de comunicación. En MILENIO, le contamos que una denunciante que trabajaba en el Centro de Detención de Irwin hizo público este abuso. La enfermera Dawn Wooten contó que desde 2018 varias mujeres habían presentado quejas por estos abusos, entre los que había histerectomías e intervenciones anticonceptivas, sin su consentimiento pleno o sin ser informadas de plano.
También se dio a conocer el testimonio de la primera mujer que rompió el silencio, Pauline Binam, de Camerún. Su hermana, Nicole, contó a MILENIO como Pauline fue a un procedimiento para la remoción de un quiste, pero fue sometida a una histerectomía, por lo que quedó estéril.
Azadeh Shahshahani, directora del Project South de Georgia, contó en septiembre a Milenio que ya habían identificado a varias mujeres migrantes que habían sido víctimas de estos abusos. Que contaban con algunos registros médicos, pero que la falta de transparencia por parte de las autoridades migratorias y el hecho de que algunas mujeres habían sido ya deportadas, complicaba la situación. Por eso, hicieron un llamado al Congreso de EU para que investigara la situación.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México aseguró que buscó a las migrantes, se puso en contacto con ellas y sus abogados, y las acompañaron en los procesos legales para presentar la demanda.
Hoy, finalmente y tras las demandas colectivas, todas las migrantes dejaron de estar bajo custodia de las autoridades migratorias.
bgpa