Giuseppe Cimarosa, el sobrino antimafia del último padrino de la Cosa Nostra

Cimarosa piensa que "La batalla es ahora de carácter cultural", al comentar la detención del jefe mafioso.

Giuseppe Cimarosa, activista antimafia de Sicilia (Reuters)
AFP
Castelvetrano, Italia /

Giuseppe Cimarosa es un activista antimafia emblema de la lucha contra la organización criminal que está familiarizado con la mafia siciliana, principalmente porque es sobrino del padrino de la Cosa Nostra, quien fue capturado la semana pasada.

El padre de Giuseppe es un mafioso arrepentido mientras que la madre del activista es pariente de Matteo Messina Denado, conocido como el último capo de cosa Nostra.

Pese a estar expuesto a las amenazas, Giussepen sigue luchando contra la organización siciliana.

Giussepe Cimarosa quiere para cambiar la "mentalidad" de los jóvenes a través de la educación en una sociedad siciliana aun regida por estas tradiciones, según contó en una charla con la agencia AFP.

Cimarosa piensa que "La batalla es ahora de carácter cultural", al comentar la detención del jefe mafioso.

"Tenemos la tarea de cambiar la mentalidad de la gente. El enemigo ya no es la mafia, sino la 'mafiosidad', que sigue condicionando el comportamiento de la gente o simplemente la forma de pensar", explica.

Cimarosa rompió la "omertá", la ley del silencio impuesta por la mafia y que todavía se respeta en muchos lugares, tras convencer a su padre de colaborar con la justicia, lo que permitió encarcelar a varios miembros del clan local.

Enfrentamiento generacional

El activista afirma que "la mafia basa su fuerza en el miedo, y por eso la gente tiene miedo de exponerse, prefiere mirar para otro lado, sin darse cuenta de que es un asunto de todos".

Giuseppe cuenta que su padre rompió el muro de omertá, que en esa época era aún más fuerte y que por colaborar con la justicia "nació un conflicto".

"Nunca he recibido amenazas explícitas, aunque sucedieron cosas que podrían interpretarse como mensajes, como por ejemplo encontrar uno de mis caballos muerto o que destruyeran dos veces la tumba de mi padre poco después de su muerte", dice.

Pese a ello, Cimarosa y su familia optaron por renunciar al programa de protección que ofrece la justicia y seguir viviendo en Castelvetrano.

"No acepto renunciar a mi identidad y a quién soy por culpa de un delincuente que no conozco. Me quedé aquí porque creo que es demasiado fácil decir lo que digo desde lejos, tiene más valor si lo digo desde Castelvetrano", subrayó.

aag

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