Guatemala y México comparten una frontera de casi mil kilómetros. Las dos naciones comparten también afinidades culturales, pues ambas albergan vestigios de la gran civilización maya y son orgullosamente hogar de una reserva natural sin paralelo en América.
Pero a pesar de la vecindad y la familiaridad, Guatemala y México son socios distantes en lo económico. Hoy, México recibe apenas 4% de las exportaciones guatemaltecas.
Estados Unidos es el principal destino de los productos chapines (que vienen de Guatemala), pero tal vez sí resulte novedoso saber que Arabia Saudita supere a México y a muchas naciones latinoamericanas como socio comercial de Guatemala.
El presidente Alejandro Giammattei está decidido a cambiar esta situación, y convertir a Guatemala en un socio comercial de mayor peso para México y para toda América Latina. En su reciente visita a México, el mandatario guatemalteco concretó una agenda económica muy relevante, en la que destaca el tratado aduanero entre las dos naciones, que permitirá que las tres aduanas en la frontera común operen de manera mucho mas ágil y eficiente, ampliando así las oportunidades para las exportaciones guatemaltecas.
Giammattei, un mandatario que cree en el libre mercado, también logró que su vecino del norte accediera a renegociar barreras no arancelarias. “Queremos que el 4% que representa México en términos de nuestras exportaciones se vuelva rápidament un 6 y hasta un 8%”, declaró Giammattei a los medios, lo que refleja su visión de una mayor integración comercial.
El optimismo del mandatario guatemalteco tiene fundamentos. El PIB de su país sufrió una de las menores contracciones en América Latina, con una caida en 2020 de -1.5%, mientras que los vecinos mexicanos cayeron -8.5% y la región en su conjunto -7.7% en promedio. Giammattei ha sido relativamente exitoso en mantener la economía de su país dentro de márgenes de estabilidad, lo que hoy permite que el Fondo Monetario Internacional pronostique un crecimiento de 4.5% para 2021. De alcanzarse ese rango de crecimiento, Guatemala estaría entre las pocas naciones de la región que lograrían una recuperación en “V”, llevando su economía a niveles iguales o incluso mayores que los que tenía en 2019, antes de la pandemia. El país se declara listo para la recuperación, lo que representa una buena noticia para una castigada región centroamericana, ávida siempre de optimismo.
Recuperación económica
Sin embargo, el camino hacia esa recuperación no está libre de obstáculos. Giammattei, quien empezó su mandato en enero de 2020, heredó un país dividido políticamente, con una serie de conflictos viejos y nuevos que amenazaban con llevar a la ingobernabilidad. Luego, llegó la pandemia. Pero a diferencia de otras naciones, la respuesta gubernamental fue pragmática y eficaz. Se construyeron hospitales nuevos en tiempo récord y se dotó a empresas y familias de apoyos gubernamentales para sobrellevar el terrible impacto del encierro generalizado. La economía sufrió daños superficiales, mismos que han logrado repararse en poco tiempo. Como evidencia, los funcionarios económicos guatemaltecos citan el desempeño estelar del IMAE, el índice mensual de actividad económica, que alcanzó su valor más alto en los últimos 15 meses con una tasa anualizada de crecimiento de casi 7%. Ello permite anticipar que los pronósticos más positivos tienen posibilidades reales de lograrse.
“Queremos que Guatemala sea un destino más atractivo para las inversiones del exterior, y queremos que el exterior reciba más productos guatemaltecos”, afirma Alejandro Giammattei.
Por eso el mandatario ha puesto la mira de su gobierno en la expansión del libre comercio. Lejos de los muros físicos que se han tratado de erigir entre las naciones, Giammattei apuesta por lo que él llama “los muros de la prosperidad”. Se trata de una visión de desarrollo compartido que, con el viento a favor, podría lograr una diferencia real para los guatemaltecos, así como para toda la región centroamericana.