El propietario del contratista militar Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, intensificó su desafío directo al Kremlin, llamando a una rebelión armada destinada a derrocar al ministro de Defensa ruso.
En una muestra de la seriedad con la que el Kremlin se tomó la amenaza, reforzó la seguridad en Moscú y Rostov del Don, donde se encuentran los cuarteles para la región sur de Rusia, que también se encargan de los combates en Ucrania.
Aunque el desenlace del enfrentamiento aún no estaba claro, es probable que dificulte todavía más el esfuerzo bélico de Moscú, mientras las fuerzas de Kiev prueban las defensas rusas en las primeras etapas de su contraofensiva.