De 15 a 17 misioneros estadunidenses fueron secuestrados ayer por una banda criminal en la periferia de Puerto Príncipe, en Haití, así lo han revelado un mensaje de voz enviado a varias misiones religiosas por una organización con conocimiento directo del incidente y una fuente de la seguridad.
Los estadunidenses, entre ellos niños, quedaron en manos de una banda armada que desde hace meses realiza raptos y robos en la zona situada entre la capital de Haití y la frontera con República Dominicana, señaló la fuente policial, quien dijo no poder confirmar si los captores han pedido el pago de un rescate.
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"El bienestar y la seguridad de los ciudadanos estadunidenses en el extranjero es una de nuestras principales prioridades en el Departamento de Estado. Conocemos esta información y no tenemos nada que agregar por el momento", comentó un portavoz del gobierno estadunidense.
En la mañana del sábado la banda denominada '400 mawozo' desvió varios autos que transitaban por rutas que controla y secuestró a los estadunidenses así como a ciudadanos haitianos.
Los misioneros regresaban a casa de las obras para construir un orfanato, según un mensaje del grupo, con sede en Ohio, Christian Aid Ministries.
Para algunos miembros de esa organización religiosa, éste era su primer viaje a Haití.
"Esta es una alerta de oración especial", sostuvo el mensaje de un minuto. "Recen porque los pandilleros alcancen el arrepentimiento".
En abril, 10 religiosos franceses, fueron secuestrados por esa banda en la misma zona.
Liberado tras 20 días de cautiverio, el padre Michel Briand dijo entonces que el grupo estaba "en un mal lugar, en un mal momento" y que quienes los raptaron no habían planeado secuestrarlos.
Las bandas armadas, que durante años han controlado los distritos más pobres de la capital haitiana, han extendido su poder a Puerto Príncipe y sus alrededores, donde el número de secuestros extorsivos está en aumento.
Más de 600 delitos de este tipo se registraron en los primeros tres trimestres de 2021, contra 231 en el mismo período de 2020, según el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos, con sede en la capital haitiana.
Una profunda crisis política paraliza el desarrollo socioeconómico de Haití desde hace largos años.
El asesinato el 7 de julio del presidente Jovenel Moise por parte de un comando armado en su residencia privada sumió aún más al país caribeño en la incertidumbre.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó el viernes de forma unánime una extensión en la misión política de la ONU en Haití.
Apenas unos días antes del secuestro de los misioneros, funcionarios estadounidenses de alto rango visitaron Haití y prometieron más recursos para la Policía Nacional haitiana, incluidos otros 15 millones de dólares para ayudar a combatir la violencia de las pandillas, que este año ha desplazado a miles de haitianos que ahora viven en refugios temporales en condiciones cada vez más insalubres.
OMZI