Un equipo de científicos en Alberta, provincia de Canadá, descubrió el fósil de Gorgosaurus, un pariente del tiranosaurio rex, que vivió hace más de 75 millones de años.
El descubrimiento, publicado en la revista Science Advances, incluye el esqueleto fosilizado de un Gorgosaurus juvenil de cinco a siete años y una altura, con la particularidad de conservar restos del contenido de su estómago.
El tiranosaurio habría pesado alrededor de 772 libras (350 kilogramos), menos que un caballo, y habría alcanzado 13 pies (4 metros) de largo, en el momento de su muerte.
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Además, los investigadores encontraron la última comida del dinosaurio, perfectamente conservada dentro de la cavidad de su estómago.
El fósil proporciona información invaluable sobre la ecología y la evolución de los tiranosaurios, especialmente en lo que respecta a sus hábitos alimentarios.
A diferencia de los tiranosaurios adultos, que sólo cazaban dinosaurios herbívoros de gran dimensión cazar grandes, este Gorgosaurus juvenil tenía una estrategia alimentaria diferente.
Los especialistas descubrieron que había cazado crías de un dinosaurio herbívoro emplumado llamado Citipes, desmembrándolo y consumiendo selectivamente las partes más carnosas, como las patas.
Este hallazgo es particularmente significativo ya que es el primer esqueleto de tiranosaurio que conserva presas en el interior del estómago.
De acuerdo con François Therrien, curador de paleoecología en el Museo Royal Tyrrell, en Alberta, este descubrimiento demuestra que los tiranosaurios ocupaban diferentes nichos ecológicos durante su vida, siendo 'mesopredadores' en su juventud y evolucionando hacia depredadores máximos en su adolescencia y edad adulta.
La revelación hace que este descubrimiento sea particularmente emocionante, dijo la coautora principal Darla Zelenitsky, paleontóloga y profesora asociada de la Universidad de Calgary en Alberta.
“Los tiranosaurios son estas grandes especies depredadoras que vagaron por Alberta y América del Norte a finales del Cretácico. Estos fueron los ápices icónicos o depredadores superiores que todos hemos visto en películas, libros y museos. Caminaban sobre dos piernas (y) tenían brazos muy cortos”, dijo Zelenitsky.
El Gorgosaurus, un poco más pequeño que su famoso pariente, el tiranosaurio, gobernaba su ecosistema con un enorme cráneo, cortos brazos con manos de dos dedos, y una longitud de nueve a 10 metros, pesando entre dos y tres toneladas.
El contenido del estómago reveló huesos de las patas y los pies de dos Citipes, lo que sugiere que los tiranosaurios jóvenes se especializaban en cazar crías, evitando la competencia con los adultos por presas más grandes.
Este descubrimiento destaca la complejidad de la evolución y los roles ecológicos de los tiranosaurios a lo largo de sus vidas.
“Su última y penúltima comida fueron estos pequeños dinosaurios parecidos a pájaros, Citipes, y el tiranosaurio en realidad solo se comió las extremidades traseras de cada una de estas presas. Realmente no hay otros restos óseos de estos depredadores dentro de la cavidad del estómago. Son sólo las patas traseras.
"Debe haber matado... a ambos Citipes en diferentes momentos y luego les arrancó las patas traseras y se las comió y dejó el resto de los cadáveres", añadió. "Obviamente este adolescente tenía apetito por los muslos".
El contenido de la cavidad del estómago del tiranosaurio reveló que en esta etapa de la vida, los jóvenes cazaban presas pequeñas y veloces. Probablemente se debió a que el cuerpo del depredador aún no estaba preparado para presas más grandes, dijo Zelenitsky.
"Es bien sabido que los tiranosaurios cambiaron mucho durante el crecimiento, desde formas esbeltas hasta estos dinosaurios robustos que aplastan huesos, y sabemos que este cambio estaba relacionado con el comportamiento alimentario".
Cuando el dinosaurio murió, su masa era solo el 10 por ciento de la de un Gorgosaurus adulto, dijo.
IOG