La heredera del imperio Gucci, Alexandra Zarini, presentó ayer una demanda en contra de quien fuera su padrastro de 1993 a 2007, Joseph Ruffalo, por haber abusado sexualmente de ella durante al menos 16 años. Incluye también a su madre Patricia Gucci y su abuela Bruna Palombo quienes supuestamente permitieron, alentaron, e incluso, participaron en los ataques que empezaron cuando ella tenía apenas seis años.
De acuerdo con el documento presentado ante el Tribunal Superior del estado de California, en la denuncia se incluyen cargos además del de abuso sexual, también por violencia de género, negligencia y haber infligido intencionalmente angustia a su víctima.
Zarini es nieta del todo poderoso Aldo Gucci, que llevó el pequeño negocio familiar de bolsas y zapatos de cuero al imperio de artículos de lujo que actualmente conocemos y que posicionó a la marca para ser una de las más reconocidas y codiciadas en el mercado.
El testimonio de la heredera Gucci, de 35 años, plasmado en el documento judicial, es estremecedor, de una cruda describe algunos episodios de los supuestos abusos de quien en ese momento era su padrastro y que es famoso por haber sido representante de estrellas de talla internacional como Prince o Earth, Wind &Fire en sus épocas de apogeo.
Uno de ellos es el que considera es el primer recuerdo de una agresión de parte de Ruffalo, cuando tenía seis años. Sus padres recién se habían separado, por lo que ella, su hermana y su madre dejaron Inglaterra donde vivían en familia y se mudaron a Los Ángeles, con quien en ese momento, todavía era el novio de su madre.
En una noche, después de acostarse, cuando la pequeña Alexandra se asustó por una pesadilla, buscó a su madre en medio de la obscuridad, ella la animó a subir a la cama que compartía con Ruffalo, aún sabiendo que el hombre estaba desnudo.
"La demandante se unió a ellos en la cama y volvió a dormirse. Entonces se despertó en medio de la noche con su mano alrededor del pene de Ruffalo, y sintió su piel desnuda (...) estaba asustada y confundida. Ella rápidamente quitó su mano e intentó volver a dormir", se detalla en el texto.
Dos años después de este episodio, Ruffalo y su madre contrajeron matrimonio. Al tiempo, su padrastro continuó con los ataques que fueron escalando en tiempo y forma.
"A altas horas de la noche, el acusado Ruffalo, que casi siempre estaba ebrio, tropezaba por el pasillo hasta la habitación de la demandante vistiendo una bata de baño holgada sin nada debajo. Llevaba un vaso de whisky con hielo mientras se dirigía hacia la habitación de la demandante, sacudiéndolo ruidosamente mientras caminaba al final del pasillo", relata la acusación.
De acuerdo con el texto judicial, Alexandra "quedó traumatizada por el sonido del tintineo del hielo de Ruffalo contra el vaso mientras caminaba hacia su habitación, desnudo debajo de su bata", pues se convirtió en "una advertencia de que pronto iba agredirla sexualmente".
El testimonio abunda sobre el presunto modus operandi de Ruffalo, quien luego de irrumpir a hurtadillas en el cuarto de su hijastra completamente ebrio con un vaso de whisky en mano, procedía a quitarse la bata que le cubría y entraba completamente desnudo a su cama.
"La demandante yacía rígidamente en su cama mientras Ruffalo metía la mano debajo de la ropa de la demandante para tocar sus pezones. Porque Ruffalo fue padrastro de la demandante y tenía una posición de autoridad sobre ella, la demandante se sintió impotente para detener su agresiones sexuales", ahonda al respecto la demanda.
Los abusos alcanzaron tal grado, que era común que su padrastro frotara su pene contra sus nalgas y masajeara su vulva con sus dedos, intentando penetrar su vagina manualmente, de acuerdo con el testimonio de Alexandra.
En los reiterados abusos sexuales llegó a participar su propia madre, señala Zarini en la demanda, que detalla primero la "sexualizó inapropiadamente para el beneficio de Ruffalo. Cuando la demandante tenía aproximadamente seis o siete años, Gucci la obligó a posar desnuda para un gran retrato que guardaba en el dormitorio que compartía con Ruffalo".
De acuerdo con el testimonio de Alexandra, esa no fue la única vez que su madre abusó sexualmente de ella, pues acusa que cuando tenía aproximadamente nueve años, el acusado permitió que su padrastro la viera y la grabara en video mientras estaba desnuda en la bañera.
El infierno siguió por años. Al cumplir 16 años, su abuela, quien habría observado los abusos de su hija y su yerno hacia su nieta, se acercó a Alexandra y le preguntó directamente si su padrastro "la había tocado inapropiadamente o le había hecho algo malo". Cuando ella le confirmó los abusos sexuales que sufría, en contra todo pronóstico, le mandó callar para evitar un escándalo.
"En lugar de actuar en un esfuerzo por proteger a la demandante, Palombo le indicó que mantuviera en secreto las agresiones de Ruffalo y que no le contara a nadie sobre las agresiones", detalla el texto presentado por el despacho Jeff Anderson & Asociados.
Alexandra, quedó "abrumadoramente triste", no podía creer que su propia abuela supiera sobre las agresiones sexuales que sufría y eligiera instruirla para que "se mantuviera callada y las encubriera", concluye el documento.
Su madre, Patricia Gucci, respondió al New York Times sobre las acusaciones y aseguró que lamenta profundamente el dolor que Ruffalo le causó a su hija durante casi toda su vida.
"Lo que le hizo es imperdonable y me sentí devastada cuando me contó todo en el consultorio de nuestro médico de cabecera en Londres en septiembre de 2007. Inmediatamente inicié el proceso de divorcio contra Ruffalo y me dispuse a sanar a mi familia con la búsqueda de ayuda profesional. De igual manera, estoy devastada por las acusaciones contra su abuela, y contra mí, que son completamente falsas”, declaró al diario estadounidense.
Paralelamente, el abogado de Ruffalo, Richard Crane, también respondió al Times y aseguró que además de, supuestamente, no haber sido notificados de la denuncia en el momento que fueron consultados, también sostuvo que su cliente "niega con vehemencia y rotundidad" los señalamientos.
bgpa