La falta de combustible se ha convertido en un nuevo problema para acceder a atención sanitaria en Haití, un país donde los generadores alimentados con derivados del petróleo constituyen la principal fuente de electricidad en instituciones, establecimientos privados y hogares.
La organización Médicos del Mundo alertó este domingo de la precaria situación en la que se encuentran los hospitales en los que ofrecen servicio a través de acuerdos con instituciones estatales, centros donde, según señalaron en declaraciones, apenas queda combustible para garantizar el servicio a los pacientes.
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Según un miembro de la organización que prefiere preservar su identidad, se había negociado la llegada de combustible para este domingo, pero los accesos están bloqueados, supuestamente por miembros del G9 (conglomerado de las principales bandas armadas del país), y los camiones con el carburante no han llegado.
En este punto la situación puede recrudecerse mucho, ya que se anuncia una movilización nacional, precisamente para protestar por la escasez de combustible y la inseguridad, protestas que supondrán el completo bloqueo de la actividad, con levantamiento de barricadas y quema de neumáticos, que previsiblemente degenerarán en saqueos, incendios y tiroteos.
Hospitales sin insumos ni pacientes
También es imposible comprar combustible para llenar los depósitos de los vehículos, así que el personal sanitario no encuentra la forma de llegar a sus puestos de trabajo en clínicas y hospitales, centros a los que acuden cada vez menos pacientes, por los mismos motivos.
Su justificación es "para qué voy a ir si no tengo cómo, no hay un coche o una moto con gasolina y cuando llegue allí no me van a atender porque (el hospital) no es funcional", afirmó el miembro de Médicos del Mundo.
La realidad es que un hospital sin energía apenas puede ofrecer servicios porque "todo es una cadena. No pueden llegar los medicamentos y otros insumos médicos, no se puede tener hospitalizado a nadie porque la máquinas no funcionan...", se lamentó.
Al borde del cierre
La Asociación de Hospitales Privados de Haití (AHPH), que agrupa a casi todos los centros privados y benéficos del área metropolitana de la capital, lanzó la voz de alarma y solicitó la creación de un corredor de entrega de combustible para todos los establecimientos sanitarios, señaló en un comunicado.
Si no reciben combustible, sus 40 integrantes, que brindan más del 70 por ciento de la atención de emergencia y hospitalaria se verán obligados a comenzar a cerrar sus servicios a la población a partir de este lunes 25 de octubre, en mitad de una nueva ola de covid-19, sin suministro de oxígeno y en un contexto de gran inseguridad.
Un día antes, los hospitales St. Damien y St. Luc informaron que solo tienen en reserva 6 mil galones de diésel y si no llega el combustible (hoy se esperaban 16 mil galones), el martes 26 se suspenderá el servicio pediátrico para más de 300 niños, el de maternidad para unas 45 mujeres, así como las urgencias, y habrá que dar de alta a más de 70 adultos ingresados.
Violencia y protestas
La carestía de energía viene a complicar más todavía una situación de por sí "tensa y de incertidumbre a causa de la violencia de las bandas armadas" que viene arrastrándose desde hace meses y que también incide negativamente en el acceso a la sanidad.
"Una de las mayores preocupaciones ahora es quedarse incomunicado", más aún con las protestas y bloqueos que se avecinan, porque también las antenas de telefonía móvil funcionan con combustible y van saliendo del servicio, así que "si no llega carburante seguirán cayendo", complicando aún más unas comunicaciones de por sí deficientes.
La falta de combustible ya ha generado protestas esta semana en la región metropolitana de Puerto Príncipe, donde hubo bloqueos de calles este jueves mediante barricadas en llamas levantadas por mototaxistas asfixiados por el precio de la escasísima gasolina que lograban encontrar, ahora ya no es posible hallarla en ningún lugar.
La compra de carburante en el mercado negro es prohibitiva, pasando de 200 gourdes (2 dólares) por galón a 2 mil500 (25.5 dólares) por la misma cantidad, un ingrediente más en la crisis que azota a Haití, donde ha desaparecido casi por completo el transporte público.
DA