Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta Cristina de España, abandonó la cárcel esta mañana por primera vez desde que ingresó en junio de 2018, para hacer trabajo de voluntariado.
Un juez autorizó al ex duque salir de prisión dos días a la semana durante ocho horas cada día, en aplicación del artículo 117 del Reglamento Penitenciario.
Urdangarín salió protegido por su propia escolta, que le acompañó en todo momento hasta que tuvo que regresar a la prisión de Ávila.
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De esta manera, todos los martes y jueves abandonará a las ocho de la mañana el centro con su escolta particular para regresar a las cuatro de la tarde al penal.
En este tiempo, prestará servicios de voluntariado en la fundación católica para discapacitados el Hogar Don Orione, muy ligada a la reina Sofía, de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón.
Se trata de una fundación sin fines de lucro, especializada en ofrecer servicio residencial integral a 114 adultos con discapacidad intelectual, física y sensorial que necesitan ayuda para realizar cualquier actividad de la vida cotidiana.
El 30% están en silla de ruedas o presentan problemas severos de movilidad, el 45% no tienen comunicación verbal y el 50% tienen deterioro cognitivo y físico prematuro por envejecimiento.
La petición del permiso fue realizada por Urdangarin al centro penitenciario, pero la junta de tratamiento se opuso. Ante esta negativa, el preso recurrió ante el juez quien le dio la razón.
El magistrado alegó que le permitió salir de la cárcel al ex duque porque su situación de aislamiento lo ha “destruido” y “deshumanizado”.
Urdangarin también se quejó de no poder asistir a misa los domingos en la cárcel, razón por la cual un cura lo visita dos veces a la semana.
Iñaki Urdangarin fue condenado a cinco años y diez meses de cárcel por el desvío de más de seis millones de euros de dinero público desde su antigua Fundación, de los que ha cumplido un año y tres meses de reclusión.
jos