El gobierno venezolano culpó a los opositores de un gigantesco incendio que destruyó el equipamiento completo de dos hospitales y una unidad de diálisis próximos a ser inaugurados.
Se trata del "acto fascista, terrorista y criminal de mayor dimensión que se haya cometido contra la salud", dijo el vicepresidente de Desarrollo Territorial venezolano, Aristóbulo Istúriz, en rueda de prensa.
El funcionario subrayó que la conflagración se desató "justamente en el momento en el que el presidente Nicolás Maduro estaba juramentándose" ante el Tribunal Supremo de Justicia para un nuevo mandato de seis años, desconocido por la oposición y gran parte de la comunidad internacional.
El siniestro ocurrió en las bodegas del Seguro Social, un complejo de 22 mil metros cuadrados en la localidad de Guatire, a unos 45 kilómetros al este de Caracas.
Istúriz aseguró que los responsables del "acto criminal" se equivocan "si creen que con esto le están haciendo daño a Nicolás Maduro".
"Es contra nuestro pueblo", sostuvo, al detallar que las llamas consumieron durante casi siete horas el equipamiento destinado a los hospitales de Guanta y San Juan de los Morros, cuyas obras civiles ya están culminadas con el 95 por ciento de avance.
También quedaron reducidos a cenizas los equipos de una unidad de diálisis de Guárico y un hospital de campaña, añadió Istúriz, aclarando que aún no se ha establecido el monto de las pérdidas.
El ministerio de Interior y Justicia, el servicio de inteligencia y la policía científica coordinan las investigaciones para determinar la responsabilidad del incendio, precisó Istúriz.
La salud pública en Venezuela está sumida en una grave crisis por la escasez de medicinas e insumos, como consecuencia de la peor debacle económica en la historia moderna del país.
dmr