Rescatistas en Nepal buscaban el martes a más de 20 personas y trataban de recuperar los cuerpos de los fallecidos por las inundaciones y deslaves ocurridos el fin de semana, los cuales provocaron más de 200 muertos.
El desastre se produjo justo antes del Dasain, la mayor festividad del país, que comienza el martes, y en un momento en que los caminos están más transitados de lo usual debido a que las personas volvían a casa para celebrar con sus seres queridos. Es probable que los daños en las carreteras dificulten los planes de viaje de las personas.
El desastre, que comenzó el pasado jueves con incesantes lluvias, ha dejado regiones devastadas y miles de desplazados. El número de muertos aumentó a 224 y el de heridos a 158, mientras se realizaban esfuerzos de rescate para buscar a 24 más, dijo el martes el secretario en jefe del gobierno, Ek Narayan Aryal.
Además de las muertes, hasta el mediodía de este martes 29 personas siguen desaparecidas y al menos 143 resultaron heridas, dijo a EFE el superintendente general y portavoz de las Fuerzas Armadas de Policía, Kumar Neupane.
A lo largo de cuatro días de operaciones de búsqueda y rescate continúa, más de 4 mil 500 personas han sido rescatadas.
Según Neupane, las fuertes precipitaciones provocaron un gran nivel de destrucción, dañando mil 769 casas y 55 puentes, sobre todo en las provincias de Bagmati y Koshi, limítrofes con Tíbet.
Inundaciones y deslaves por monzón:
El secretario en jefe, Aryal, señaló que las inundaciones dañaron 16 centrales hidroeléctricas, reduciendo la producción de electricidad en Nepal, donde otros 18 proyectos en construcción también resultaron afectados.
El gobierno del primer ministro Khadga Prasad Oli ha sido fuertemente criticado por su lenta respuesta ante la crisis, particularmente después de que un deslave sepultó varios vehículos que estuvieron varados durante horas a solo 16 kilómetros de Katmandú, la capital, provocando la muerte de más de 30 personas.
Oli dijo a la prensa que el gobierno seguía buscando a los desaparecidos y ayudando a los miles de afectados.
"Estábamos preparados para un desastre, pero no pudimos prever que sería de tal magnitud", dijo.
Conforme el clima mejoraba, equipos de trabajadores comenzaban a limpiar las carreteras cercanas a las montañas después de que aquéllas quedaran bloqueadas por los deslaves. Algunas partes de varias carreteras cercanas a ríos embravecidos fueron arrastradas, y se espera que su reparación requiera tiempo y esfuerzo.
Hasta ahora, de las 37 carreteras dañadas, solamente nueve han sido abiertas al tránsito.
Incesantes lluvias:
La policía y el ejército han colaborado en los esfuerzos de rescate, y se ha usado equipo pesado para retirar los deslaves de las carreteras. Se ordenó el cierre de escuelas y universidades hasta el martes, una vez que se concluyan los esfuerzos de limpieza, y para permitir que los estudiantes se recuperen.
Riesgos sanitarios
Los expertos sanitarios se han adelantado a advertir consecuencias de estos acontecimientos con mayor riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por el agua y el aire.
"Con la mayoría de las fuentes de agua contaminadas por la lluvia y las inundaciones, los casos de enfermedades transmitidas por el agua y el aire han empezado a crecer", explicó a EFE el doctor especialista en enfermedades tropicales e infecciones, Sher Bahadur Pun.
"Los problemas podrían empeorar si no se toma en serio la situación", advirtió.
En Katmandú, epicentro de las lluvias, el nivel de agua ha cedido mejorando la situación de la capital, sin pronósticos meteorológicos de nuevas precipitaciones.
Este episodio de lluvias se atribuye a la época del monzón en Nepal, que normalmente comienza a mediados de junio y termina a finales de septiembre, aunque este año se extenderá hasta la primera semana de octubre.
Un sistema de baja presión sobre la Bahía de Bengala provocó lluvias prolongadas este año.
YRH