El parlamento iraquí decide el futuro de los 5 mil 200 soldados de Estados Unidos en su país, a los que las facciones pro iraníes tienen en el punto de mira tras la muerte de su poderoso general en un bombardeo estadunidense en Irak.
En tanto, el primer ministro de Irak, Abdel Abdelmahdi, pidió al parlamento poner fin a la presencia de tropas extranjeras en suelo iraquí, en la primera sesión de la Cámara desde el ataque de Estados Unidos en Bagdad.
En un discurso ante el parlamento, Abdelmahdi pidió adoptar "medidas urgentes" y "llevar a cabo las gestiones" necesarias para acabar con la presencia de esas fuerzas, sin mencionar específicamente a las estadounidenses.
Desde el asesinato el viernes del general Qasem Soleimani, arquitecto de la política expansionista iraní en Oriente Medio, y de Abu Mehdi Al Muhandis, número dos de la coalición de paramilitares pro Irán Hashd al Shaabi, el mundo teme una escalada de la tensión en la región.
Por un lado, Teherán clama "venganza" y amenaza con una respuesta "militar". Por otro lado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenaza con destruir 52 objetivos iraníes, tantos como el número de rehenes que durante más de un año hubo en la embajada estadunidense en la capital iraní en 1979.
Según los expertos, Irak puede convertirse en un campo de batalla de sus dos aliados, Irán y Estados Unidos, enemigos jurados.
El sábado, tras las masivas manifestaciones en varias ciudades de Irak por los funerales de Soleimani, varios cohetes cayeron en la protegida Zona Verde de Bagdad, donde se encuentra la embajada de Estados Unidos, y en una base aérea donde se hallan soldados estadunidenses.
"Guerra directa"
Pero tras la muerte de Soleimani, "ya no es una guerra a distancia, es una guerra directa", asegura a Erica Gaston, especialista de Irán en la New America Foundation.
Los grupos pro Irán no solo actúan en el terreno militar en Irak.
En el parlamento podrían obtener lo que llevan intentado conseguir desde hace tiempo: la retirada de soldados estadunidenses del país, a lo que probablemente seguiría el conjunto de tropas extranjeras de la coalición anti yihadista liderada por Washington.
El parlamento iraquí llevaba a cabo este domingo una de sus sesiones más tensas de su historia. Por un lado, los pro iraníes anuncian que los diputados ausentes y los refractarios al voto son "traidores a la patria. Por otra parte, las minorías kurdas y sunitas intentan mantener la presencia estadunidense, como contrapeso a la creciente influencia de Irán en suelo iraquí.
"Matones"
Además de esta sesión extraordinaria en el parlamento, las fuerzas iraníes han lanzado un ultimátum para este domingo.
Las brigadas Kataeb Hezbolá, la facción más radical de Hashd al Shaabi, pidieron a los soldados iraquíes que se alejen "al menos mil metros" de los lugares donde están presentes los militares estadunidenses a partir de las 14:00 horas (hora local).
El secretario de Estado estadunidense, Mike Pompeo, criticó con dureza esta amenaza y calificó a las brigadas de "matones".
El Hashd instó a sus combatientes a "estar preparados", y uno de sus líderes, Qais al Jazali, incluido esta semana en la lista de "terroristas" de Washington, cambió su traje de líder religioso por el uniforme militar.
El sábado, gritos de venganza y banderas estadunidenses en llamas predominaban entre las decenas de miles de iraníes que lloraban la muerte de sus líderes en Teherán y entre los iraquíes que desfilaban en Bagdad, así como en Kerbala y Nayaf, dos ciudades santas al sur de la capital iraquí.
El asesinato de Soleimani ha generado en Irak un inusual consenso contra Estados Unidos, en un país escenario desde hace meses de protestas contra el gobierno corrupto y la injerencia de Irán.
AE