En Irán sentenciaron a un trabajador humanitario belga a 40 años de cárcel y 74 azotes tras hallarlo culpable de espionaje en un juicio a puerta cerrada, reportó el martes la prensa estatal.
El sitio web del sistema judicial iraní reportó que un tribunal sentenció a Olivier Vandecasteele de 41 años, a 12 años y medio de cárcel por espionaje, 12 años y medio por colaborar con gobiernos hostiles y 12 años y medio por lavado de dinero. Además, fue multado con el equivalente a un millón de dólares y sentenciado a dos años y medio por contrabando de divisas.
No queda claro si las acusaciones están relacionadas con las multitudinarias protestas que han asolado a Irán desde hace cuatro meses, que las autoridades iraníes atribuyen a potencias extranjeras, aunque no han dado pruebas. Las protestas iniciaron luego de la muerte en septiembre de Mahsa Amini, una joven de 22 años, tras ser detenida por la policía moral por no usar adecuadamente el velo islámico o hiyab.
A lo largo de los años Irán ha detenido a varios extranjeros o personas con doble nacionalidad, con frecuencia sentenciándolos en juicios secretos en que según grupos de derechos humanos se les niega a los enjuiciados el derecho a un proceso debido. Los críticos acusan a Irán de detener a extranjeros para usarlos como fichas de negociación con Occidente, lo que las autoridades iraníes niegan.
Bajo las leyes iraníes, Vandecasteele será elegible para ser liberado después de 12 años y medio. El sitio web del sistema judicial dijo que el fallo puede ser apelado.
El mes pasado la familia de Vandecasteele dijo que éste lleva meses preso en Irán y que se ha declarado en huelga de hambre. Dijeron que se le ha negado acceso al abogado que eligió y que sufre de severos problemas de salud.
Bélgica ha aconsejado a todos sus ciudadanos a abandonar a Irán, advirtiendo que pueden ser objeto de arresto arbitrario y juicios injustos.
BCS