La actividad del volcán que entró en erupción en el suroeste de Islandia parece haberse calmado pero el peligro sigue, informó el Departamento de Protección Civil, después de que la lava incendiara tres viviendas en el pueblo pesquero de Grindavik.
El volcán entró en actividad el domingo y es la quinta erupción en Islandia en casi tres años. La anterior tuvo lugar el 18 de diciembre en la misma zona.
El IMO resalta no obstante que "es prematuro declarar que la erupción se ha acabado" y que todavía hay un "riesgo considerable" en la zona. "La buena noticia es que parece que hay un menor flujo", añadió, precisando que el magma procedente de una segunda grieta, más pequeña, "parece haberse detenido".
El volcán entró en erupción el domingo por la mañana cerca de Grindavik y se abrieron dos grietas, una de ellas muy cerca de una zona habitada, según la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO).
El flujo de lava llegó hasta el pueblo pesquero y provocó el incendio de tres viviendas vacías.
Los cerca de 4 mil habitantes de Grindavik fueron evacuados en la madrugada del domingo, pocas semanas después de haber vuelto a sus hogares después de que las autoridades decretaran el traslado de la población el 11 de noviembre debido a cientos de sismos.
Esta actividad sísmica fue provocada por el desplazamiento del magma bajo la corteza terrestre, un indicio de una inminente erupción.
Los sensores siguen detectando deformación del suelo en y alrededor de Grindavik, mostrando que el canal de magma debajo de la localidad todavía causa expansión en el área, explicó el IMO.
La actividad sísmica registrada en la península de Reykjanes llevó a las autoridades a declarar la situación de emergencia a finales de noviembre y a anunciar una inminente erupción, lo que provocó que Grindavik fuese desalojada.
Islandia está entre las placas tectónicas euroasiática y norteamericana y es una de las regiones volcánicas terrestres más activas, con 33 volcanes o sistemas volcánicos catalogados como activos.
SNGZ