El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, aceptó que su país está detrás del ataque aéreo que mató a siete personas que trabajaban para la organización benéfica World Central Kitchen (WCK) en Gaza, pero lo calificó de involuntario y “trágico”, mientras el ejército prometió una investigación independiente.
“Desafortunadamente, el día pasado hubo un evento trágico en el que nuestras fuerzas dañaron sin intención a no combatientes en la Franja de Gaza”, dijo Netanyahu en una declaración en video.
“Son cosas que suceden en una guerra. Estamos llevando a cabo una investigación exhaustiva y estamos en contacto con los gobiernos. Haremos todo lo posible para evitar que se repita”.
El ataque contra el convoy de la WCK mató a ciudadanos de Australia, Gran Bretaña y Polonia, así como a palestinos y a una persona con doble nacionalidad de Estados Unidos y Canadá.
La WCK, fundada por el célebre cocinero español José Andrés, dijo que viajaban en dos autos blindados con el logotipo de la organización benéfica y otro vehículo extra.
Por su parte, el jefe de las Fuerzas de Defensa Israelíes, general Herzi Halevi, reconoció que se trató de “un grave error” tras una “identificación errónea durante la noche, durante una guerra, en condiciones muy complejas. Esto no debería haber sucedido”.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, habló con José Andrés y “expresó su profunda tristeza y sus sinceras disculpas por la trágica muerte del equipo de WCK”.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien también habló con el chef español para ofrecerle sus condolencias, criticó duramente a Israel, al aseverar que “no hizo lo suficiente” para proteger a los trabajadores humanitarios en la Franja de Gaza, luego del ataque el lunes y pidió se investigue.
Biden se declaró “indignado y con el corazón destrozado” por la muerte de los colaboradores de la ONG World Central Kitchen.
El mandatario sostuvo que el trabajo humanitario en Gaza ha sido muy difícil “porque Israel no ha hecho lo suficiente para proteger a quienes intentan repartir la ayuda que los civiles necesitan”.
Reino Unido convocó al embajador de Israel en Londres para expresar su “condena inequívoca de la atroz muerte” de los trabajadores del WCK, tres de los cuales eran de nacionalidad británica.
El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, habló con Netanyahu y exigió una investigación independiente y exhaustiva sobre lo ocurrido.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, dijo que le pidió a Netanyahu, un proceso “claro y transparente” para esclarecer la muerte de siete cooperantes, entre ellos una mujer de Australia.
Por su parte, Canadá solicitó una “completa investigación”. En una rueda de prensa, el primer ministro, Justin Trudeau, calificó el ataque como “inaceptable”.
“Esto no es solo un ataque contra WCK, es un ataque contra organizaciones humanitarias que aparecen en las situaciones más espantosas donde los alimentos se utilizan como arma de guerra”, dijo Erin Gore, directora ejecutiva de WCK.