El parlamento de Israel aprobó el jueves la primera de las leyes que conforman la polémica reforma del sistema judicial, mientras los manifestantes contrarios a los cambios volvieron a salir a la calle para llamar la atención sobre una medida que consideran que llevará el país a la autocracia.
La coalición del primer ministro, Benjamin Netanyahu, aprobó una norma que protegería al líder israelí de ser considerado no apto para gobernar por su juicio por corrupcióny por las denuncias de conflicto de intereses por su implicación en la reforma. Los críticos señalan que la ley está hecha a la medida de Netanyahu, fomenta la corrupción y aumenta la profunda separación entre israelíes por la reforma judicial.
Los cambios han dividido a la nación entre quienes consideran que están despojando a Israel de sus ideales democráticos y quienes piensan que el país ha estado controlado por una judicatura liberal. El plan del gobierno ha sumido al país en una de sus peores crisis internas en sus casi 75 años de historia.
“Israel será o un estado judío, democrático y progresista, o uno religioso, totalitario, fracasado, aislado y cerrado. Nos están llevando hacia ahí", afirmó Tzipi Livni, exministra de Exteriores que respalda el movimiento de protesta, en declaraciones a la Radio del Ejército israelí.
La oposición está arraigada en amplios sectores de la sociedad, incluyendo líderes empresariales y altos funcionarios judiciales. Hasta el ejército se vio arrastrado luego de que algunos reservistas se nieguen a presentarse al servicio por los cambios. Los aliados internacionales también han mostrado preocupación.
Los manifestantes iniciaron el jueves la cuarta jornada de protestas entre semana. Bloquearon las principales carreteras, prendieron fuego a neumáticos cerca de un importante puerto y colocaron una gran bandera israelí y una copia de la Declaración de Independencia sobre los muros de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Además, decenas de miles de personas han participado en protestas semanales cada sábado por la noche desde hace más de dos meses.
A principios de mes, el ejecutivo de Netanyahu rechazó una propuesta de compromiso que buscaba aliviar la crisis alegando que ralentizaría el ritmo de los cambios, retrasando la mayoría de ellos para después del receso legislativo de un mes en abril.
El Knesset, que tiene 120 escaños, aprobó la ley para proteger a Netanyahu por 61 votos a favor y 47 en contra.
El texto estipula que un primer ministro solo puede ser considerado no apto para gobernar por motivos de salud o mentales, y que solo él o su gobierno pueden tomar esa decisión. La ley llega tras los crecientes llamados de los opositores para que el fiscal general declare a Netanyahu no apto por sus problemas legales. El fiscal ya le prohibió participar en la reforma alegando que podría incurrir en un conflicto de intereses debido a su proceso por corrupción.
Netanyahu está siendo juzgado por supuesto fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos en una serie de escándalos que implican a colaboradores adinerados y a poderosos magnates de los medios. El primer ministro niega haber cometido delito alguno y rechaza las críticas que aseguran que los cambios impulsados por su ejecutivo podrían darle una vía de escape a las acusaciones.
Según el gobierno, los cambios buscan corregir un desequilibrio que ha dado a los tribunales demasiado poder en la forma de dirigir el país.
Los críticos sostienen que la reforma cambiará el sistema de garantías y equilibrios, otorgando al primer ministro y a su ejecutivo, el más derechista en la historia del país, un poder ilimitado y eliminando la supervisión judicial.
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