Los aviones israelíes bombardearon el centro de la Ciudad de Gaza, donde están los centros de gobierno de Hamás, hasta la madrugada del martes luego de que el primer ministro de Israel prometió una venganza contra el grupo insurgente islamista que “resonará durante generaciones”.
La guerra de cuatro días se ha cobrado al menos mil 600 vidas mientras Israel registraba tiroteos en las calles de sus propias localidades por primera vez en décadas y vecindarios de Gaza quedaban reducidos a escombros. Hamas también ha recrudecido el conflicto y prometió que matará a los israelíes capturados si los ataques israelíes se dirigen contra la población civil sin previo aviso.
El ejército israelí dijo que encontró los cuerpos de unos mil 500 insurgentes de Hamás en suelo israelí a medida que recuperaba el control del sur del país y “restauró el pleno control” de la frontera. No estuvo claro de inmediato si la cifra se solapa con los decesos reportados antes por las autoridades palestinas.
Israel dijo que Hamás y otros grupos insurgentes de Gaza retienen a más de 150 soldados y civiles capturados en suelo israelí tras un ataque que pilló al ejército y al aparato de inteligencia del país totalmente desprevenidos.
Tras el llamado a filas de 300 mil reservistas israelíes en una movilización masiva, una de las principales preguntas es si lanzará un asalto por tierra sobre el pequeño enclave costero mediterráneo. El último operativo de este tipo fue en 2014.
Miles de israelíes fueron evacuados de más de una docena de localidades próximas Gaza y se movilizaron tanques y aviones no tripulados para vigilar las brechas en la cerca fronteriza contra nuevas incursiones. En Gaza, decenas de miles de personas huyeron de sus hogares ante los ataques que arrasaban edificios.
Estas medidas, junto con la declaración formal de guerra de Israel el domingo, indican que Israel está cambiando cada vez más a la ofensiva contra Hamás, amenazando con una mayor destrucción en la densamente poblada y empobrecida Franja de Gaza.
“Apenas hemos comenzado a atacar a Hamas”, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en un discurso en la televisión nacional. “Lo que le haremos a nuestros enemigos en los próximos días les resonará por generaciones”.
El ejército israelí dijo que durante la noche alcanzó cientos de objetivos de Hamas en el vecindario de Rimal de la Ciudad de Gaza, donde están los ministros y edificios de gobiernos del grupo insurgente.
La enorme devastación en Rimal indicó cuál podría ser la nueva táctica israelí en Gaza: advertir a los civiles que desalojen ciertas aéreas para luego lanzar ataques aéreos de una intensidad sin precedentes.
Los intensos bombardeos comenzaron en zonas de Gaza fronterizas con Israel durante el fin de semana para luego centrarse en la Ciudad de Gaza. Si estas operaciones continúan, los civiles gazatíes tendrán menos zonas en las que refugiarse dado que cada vez hay menos vecindarios habitables.
En una conferencia de prensa el martes, el vocero del ejército israelí, Richard Hecht, sugirió que los palestinos deberían intentar salir por el paso fronterizo de Rafah con Egipto, pero el ejército dijo más tarde que el cruce estaba cerrado.
Preguntado por si Israel consideraba objetivos legítimos las sedes del gobierno civil de Hamas, como el parlamento y los ministerios, Hecht indicó que “si hay un pistolero disparando proyectiles desde allí, se convierte en un objetivo militar".
En respuesta a la ofensiva aérea israelí, el portavoz del brazo armado de Hamas, Abu Obeida, anunció el lunes por la noche que el grupo matará a un civil israelí cautivo cada vez que se ataque a civiles en sus casas en Gaza “sin previo aviso.”
El ministro israelí de Exteriores, Eli Cohen, advirtió a Hamas que no debe lastimar a ningún rehén, y que “este crimen de guerra no será perdonado”. Netanyahu nombró al excomandante militar para gestionar la crisis de rehenes y de desaparecidos.
Según el ejército, en Israel han muerto más de 900 personas. En Gaza y Cisjordania había 704 fallecidos, de acuerdo con las autoridades, e Israel afirma que entre ellos hay cientos de combatientes de Hamas. En ambos bandos hay miles de heridos.
Israel y Hamás han librado repetidos conflictos en los últimos años, a menudo provocados por las tensiones en torno a un lugar sagrado de Jerusalén. Esta vez, el contexto es más explosivo. Ambas partes hablan de romper con violencia el estancamiento que ha dejado el moribundo proceso de paz palestino-israelí desde hace años.