El gobierno de Japón aprobó el proyecto de ley que permitirá la abdicación del emperador Akihito, de 83 años, y la llegada de su hijo mayor, el príncipe heredero Naruhito, al Trono del Crisantemo. Esta será la primera abdicación en Japón en 200 años.
Akihito anunció su deseo de dejar el cargo debido a su edad y a preocupaciones de salud en agosto de 2016, reactivando un largo debate en el país sobre la sucesión imperial en una monarquía con dos mil años de antigüedad.
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Akihito tenía 56 años cuando llegó al trono en enero de 1989 tras la muerte de su padre, el emperador Hirohito. Naruhito tiene 57.
Las mujeres no pueden heredar el Trono del Crisantemo, y el gobierno evitó asuntos divisivos como su entrada en la línea sucesoria, reservada únicamente a los hombres.
La única hija de Naruhito es una niña. Su hermano menor, el príncipe Akishino tiene un hijo y dos hijas.
La pequeña familia real perderá a otro de sus miembros por el próximo enlace de la princesa Mako, una de las hijas de Akishino, que renunciará a sus privilegios al casarse con un plebeyo.
El portavoz del gobierno, Yoshihide Suga, dijo a reporteros que la norma, que se espera que salga adelante sin problemas, se aplicará solo a Akihito.
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Medios japoneses apuntan que el relevo podría producirse a finales de 2018, cuando el emperador cumple 85 años y celebra 30 en el trono. Suga declinó comentar plazos u otros detalles de la norma.
AFC